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VI. Desear aquella unión con Jesucristo y con te, comenzarse toda educación en el espíritu de
los hermanos que la Eucaristía produce. comunidad” (Concilio Vaticano II).
B) FRUTOS: III. Aumenta en quien la recibe la caridad. La
Eucaristía da la “divina caridad, la luz de la sabi-
I. Nos transforma en Jesucristo: “El Señor duría, alegra el alma y el corazón y enardece de tal
quiso unir su vida divina a la nuestra tan íntima- modo al hombre que lo hace salir de sí mismo, re-
mente, tan amorosamente, hasta convertirse en montándolo hasta el punto de no verse ya a sí mis-
alimento nuestro, y de este modo hacernos par- mo, sino por Dios, y a Dios por Dios, ya al prójimo
tícipes personalmente de su sacrificio redentor... por Dios” (Mensaje de Santa Catalina de Siena).
para injertar e introducir a cada uno de nosotros
en su designio de salvación, abierto a toda la hu- IV. Provoca preocupación y ayuda por los
manidad” (Pablo VI). necesitados y marginados. “Si nuestro cul-
to eucarístico es auténtico, debe hacer au-
II. El alimento para el viaje del Pueblo de la mentar en nosotros la conciencia de la digni-
nueva Alianza. Tantas veces nos sentimos ten- dad de todo hombre. La conciencia de esta
tados de ‘alimentarnos’ de otros manjares: Los dignidad se convierte en el motivo más pro-
propios logros, la santidad como conquista per- fundo de nuestra relación con el prójimo”
sonal, la misma vida de oración debe tener como (Juan Pablo II).
entronque fundamental a la Eucaristía. “La co-
munidad no tiene sentido si no es desde la Eu- V. Efecto cósmico de la Eucaristía. “Quien co-
caristía. Ninguna comunidad cristiana se edifica me mi carne y bebe mi sangre tiene la vida eter-
si no tiene su raíz y quicio en la celebración de na y yo le resucitaré el último día” (Jn 11,25). La
la Eucaristía, por la que debe, consiguientemen- Eucaristía da también vida para el otro mundo. ❏
LA VERDAD • 5