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CARTAS DESDE LA ESPERANZA
PERSONAS LIBRES
DE POBREZA,
HAMBRE Y
DESIGUALDAD mucho tiempo, se ha atribuido este fenómeno
a la escasez de recursos alimentarios para sa-
Vivimos en una sociedad que tisfacer las necesidades básicas de la pobla-
ción mundial. Pero realmente se trata de un
alimenta el individualismo y nos problema de distribución, ya que producimos
hace indiferentes ante las alimentos suficientes para cubrir las necesi-
necesidades ajenas. Manos dades alimenticias de la población actual.
Las causas del hambre se encuentran,
Unidas trabaja desde 1959 por principalmente, en nuestro sistema socioeco-
mejorar las condiciones de vida nómico, en nuestros comportamientos y acti-
de millones de seres humanos. tudes que condenan al hambre a más de 800
millones de personas en todo el mundo.
Con su Campaña pretende Cabe insistir, además, que la pobreza ya no
despertar las conciencias del es sólo económica sino una realidad global
que tiene incidencia en otros valores inheren-
letargo del individualismo y de la tes a la persona: su dignidad, su capacidad de
indiferencia para salir al toma de decisiones, su desarrollo humano in-
encuentro de los más necesitados. tegral…
Como nos recordaba el Papa Francisco en
su mensaje con motivo de la Primera Jornada
― Mundial de los Pobres, “la pobreza nos desafía
MONS. FRANCISCO PÉREZ todos los días con sus muchas caras marcadas
ARZOBISPO DE PAMPLONA - TUDELA por el dolor, la marginación, la opresión, la
violencia, la tortura y el encarcelamiento, la
guerra, la privacidad de libertad y de la digni-
dad, por la ignorancia y el analfabetismo, por
la emergencia sanitaria y por la migración for-
Q años anteriores, Manos Unidas hombres y niños explotados por viles intere-
zada. La pobreza tiene el rostro de mujeres,
ueridos hermanos: Como en
celebra su tradicional Campa-
ses, pisoteados por la lógica perversa del po-
der y el dinero. Qué lista inacabable y cruel
ña contra el Hambre con el le-
nos resulta cuando consideramos la pobreza
ma “Personas libres de pobre-
za, hambre y desigualdad”.
mora, la codicia de unos pocos y la indiferen-
cia generalizada” (n.5).
La realidad del hambre y la pobreza conti- como fruto de la injusticia social, la miseria
núa siendo un azote permanente para millo- Vivimos en una sociedad que alimenta el
nes de personas en todo el mundo. Durante individualismo, que nos encierra en nosotros
4 • LA VERDAD

