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día. Y unido a esto… ¡grandes promesas! “Te
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                                                     para derramar con abundancia las influencias
                                                     de su divino amor sobre los que den este honor
                                                     y los que procuren le sea tributado”
                                                       Además, en la tradición de la Iglesia el mes
                                                     de Junio está dedicado a su Sagrado Corazón,
                                                     como el de Mayo a su Madre y Madre nuestra.
                                                     Escuchemos a San Juan Pablo II:
                                                       El mes de junio está dedicado, de modo es-
                                                     pecial, a la veneración del Corazón divino. No
                                                     sólo un día, la fiesta litúrgica que, de ordinario,
                                                     cae en junio, sino todos los días. Con esto se
                                                     vincula la devota práctica de rezar o cantar co-
                                                     tidianamente las letanías al Sacratísimo Cora-
                                                     zón de Jesús. (Ángelus, 27-VI-1982)
                                                       A este Corazón queremos venerar durante
                                                     el mes de junio. (…) María, Madre Virgen, que
                                                     conoces mejor que nosotros el Corazón Divino
                                                     de tu Hijo, únete a nosotros hoy en esta adora-
                                                     ción a la Santísima Trinidad e igualmente en la
                                                     humilde oración por la Iglesia y el mundo. Tú
                                                     sola eres la guía de nuestra plegaria.  (Ángelus,
                                                     2-VI-1985)
                                                       Con ocasión de la solemnidad del Sagrado
                                                     Corazón y del mes de junio, he exhortado a me-
                                                     nudo a los fieles a perseverar en la práctica de
                                                     este culto, que en nuestros días, cobra una ac-
                                                     tualidad  extraordinaria.  El  hombre  del  año
                                                     2000 tiene necesidad del Corazón de Cristo pa-
                                                     ra conocer a Dios y para conocerse a sí mismo;
                                                     tiene necesidad de él para construir la civiliza-
                                                     ción  del  amor».  (Catequesis,  8  de  junio  de
                                                     1994).
                                                       Amemos  pues  este  Corazón  Sagrado  que
         de su divino amor sobre los que den este honor  tanto nos ama. Amarle a Él y ser su consuelo y
         y los que procuren le sea tributado»”.      alegría sea el motor de nuestra vida. Se lo pe-
            Una petición, una queja amorosa de un Co-  dimos al Espíritu Santo y a la Virgen. Esto mo-
         razón  sensible  a  nuestra  respuesta  de  amor.  verá también nuestro amor al prójimo, en quien
         Una llamada a sus amigos a reparar los peca-  se esconde Jesús, nuestro Amigo. El día de su
         dos de los hombres infieles e ingratos para re-  fiesta,  en  Junio…  siempre…  Sea  amado  por
         cibir consuelo de ellos. ¡Todo un Dios mendigo  todos el Corazón de Jesús. ❏
         de  amor!  Pide  una  repuesta.  Toda  la  vida  se
         puede ser amigo y consuelo de su Corazón, pe-
         ro el día de su fiesta tiene ese especial tono de
         reparación.  No  cuesta  mucho:  comulgar  ese


                                                                                     LA VERDAD • 23
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