Page 2 - Laverdad_4347
P. 2

EDITORIAL









                A DON SANTIAGO


                         ARELLANO…



                                                ―
                                    ALFREDO URZAINQUI




                    erminado el puente de la inamcula-
                    da nos adentramos en las puertas de
                    la Navidad con la triste noticia del
                    fallecimiento,  el  pasado  día  5,  de
                    nuestro querido Don Santiago Are-
                    llano  colaborador  de  este  Semana-
           T rio más de 20 años.  No es fácil es-
           bozar  en pocas líneas la figura humana cris-
           tiana y cultural, e incluso publica, de Don San-
           tiago porque su talla intelectual y humana ha  piritualidad  carmelitana  y  la  belleza  del  Car-
           sido muy alta.                             melo. Don Santiago tenía una don no solo inte-
              La primera vez que trate con don Santiago  lectual sino una intuición emocional para cap-
           fue en aquella gran vigilia de la Inmaculada del  tar la belleza que proviene de Dios y que ha
           año 2004 en la S.I. Catedral, presidida por Don  quedado plasmada en el arte, en la literatura
           Fernando Sebastián par celebrar los 150 años  cristiana y en la pagana como destellos de la
           del dogma de la Inmaculada.  Yo, Seminarista,  única verdad.
           sentado  junto  al  Arzobispo,  pude  escuchar  el  Mas de 20 años escribiendo en este sema-
           testimonio  que  tras    el  rezo  del  Rosario  hizo  nario  solo  me  puede  llevar  a  mi  al  honor  de
           Don Santiago. Quedé profundamente impacta-  agradecerle sus muchas colaboraciones, su sa-
           do por sus palabras, tanto que al terminar, en  biduría, sus consejos, su afecto. El Señor que
           la  sacristía  le  felicité.  Esbozó  la  historia  del  es la verdad del hombre y de la historia se lo re-
           dogma en España y como los cristianos espa-  compensará. Estaremos siempre en deuda.
           ñoles  antes  de  la  declaración  de  este  dogma  Cuando charlábamos era difícil que no sol-
           mariano ya decían connaturalmente “Ave María  tara  algún  poema  clásico.  Recuerdo  que  una
           Purísima: Sin pecado concebida”. Él era un en-  vez  comentamos  la  envergadura  de  la  poesía
           amorado de la belleza que de Dios venía y a  española en el Siglo XVI y él, todo un experto,
           Dios iba utilizandola como vía de acceso a él, la  me enumeró poemas y poetas de primer orden.
           via pulcritudinis. 10 años después de aquella  Pues a una de estas poesías me remito para ex-
           gran vigilia fue él quien vino a comentarme y  presar el dolor por su muerte, con la esperan-
           congratularse por la homilía de la solemnidad  za de que el Señor ha resucitado. Es de Juan
           de la Virgen del Carmen que yo había hecho en  Boscan:
           el  convento  de  los  Carmelitas.  Entendió  muy  Quien dice que la ausencia causa olvido
           bien  que en aquel contexto carmelitano la be-  merece ser de todos olvidado.
           lleza del amor que proclama el libro del cantar  El verdadero y firme enamorado
           de los cantares era idóneo para expresar la es-  está, cuando está ausente, más perdido. ❏


           2 • LA VERDAD
   1   2   3   4   5   6   7