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CARTAS DESDE LA ESPERANZA
LA TERAPIA
DE LA ORACIÓN vendas sus heridas” (Sal 147, 3). La oración es
la mejor terapia para situar en su lugar el sen-
tido de la vida. Dios, como Padre amoroso que
es, se acerca a nosotros con su corazón compa-
Rezar significa dirigir el corazón sivo y sanará nuestras emociones, renovando
a Dios con sencillez. La oración nuestro ánimo y llenando nuestro corazón de
amor y esperanza. Por eso rezar significa diri-
nos ayuda a descubrir nuestros gir el corazón a Dios con sencillez y poco a po-
egoísmos, nuestra soberbia y co se restaura de apatías, de sinsabores, de
vanidad. Nos impulsa a perdonar alergias contra el hermano, de desamores y de
abatimientos desilusionantes. La oración instau-
cuando nos hemos sentido ra con Dios una relación viva que alienta, anima
ofendidos y seca las lágrimas y fortalece ante las adversidades de la vida.
que afloran en esos momentos. Cuando practicamos la oración comenza-
mos a descubrirnos a nosotros mismos, cultiva-
― mos el amor que Dios ha depositado en nues-
tros corazones y salimos animados para amar
mejor a nuestros semejantes. La oración nos
MONS. FRANCISCO PÉREZ
ARZOBISPO DE PAMPLONA - TUDELA ayuda a descubrir nuestros egoísmos, nuestra
soberbia y vanidad. Nos impulsa a perdonar
cuando nos hemos sentido ofendidos y seca las
lágrimas que afloran en esos momentos. Y se
oye una voz sutil: “Hijo mío, presta atención a
uando Jesucristo se dirigía a las mis palabras, inclina tu oído a lo que digo. No
gentes que le escuchaban les ha- se aparten de tus ojos, pondéralas en tu cora-
blaba de su experiencia con el Pa- zón, pues son vida para quienes las encuen-
dre y junto al Espíritu Santo. Y ora- tran, y medicina para todo tu cuerpo” (Pr 4, 20-
ba frecuentemente co-
mo quien necesitara ali-
C mentar su vida. Des- La oración instaura con Dios una
pués enseñó a los discípulos a rezar relación viva que alienta, anima y fortalece
para apartarles de una enfermedad ante las adversidades de la vida.
que hoy está muy presente: “La au-
tosuficiencia”. Desde antiguo la ex-
periencia más sanadora ha sido el silencio y 22). Cuando vivimos como a Dios le agrada y
con la mirada hacia lo alto que es el sentido de obedecemos a lo que él nos dice, recibimos so-
la trascendencia que rompe con la autosufi- siego espiritual y salud del corazón. Muchas ve-
ciencia. El Salmo nos recuerda: “El Señor res- ces, solo con decidir descansar en Dios y en-
taura a los de corazón quebrantado y cubre con tregarle nuestras preocupaciones, nuestro
4 • LA VERDAD