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EDITORIAL
Basta la sensatez y la normal
vivencia de la eclesialidad para
tomar conciencia de que hay que ritu de Dios.
colaborar generosamente en el Y más allá de otras consideraciones necesa-
rias este día tiene que llevarnos a enraizar este
sostenimiento de la Iglesia aspecto vital de la vida de la Iglesia. Somos Igle-
Diocesana. sia católica por la presidencia del Obispo en co-
munión con el Papa, el anuncio del Evangelio y
la celebración del Bautismo y de la Eucaristía.
DIA DE LA IGLESIA En una época cultural que invita a la fragmenta-
ción, a la división y al individualismo necesita-
mos afirmar nuestra unidad con claridad y fir-
DIOCESANA meza. Unidad con la Iglesia de los Apóstoles,
unidad con la Iglesia de Roma y del Papa, unidad
― entre nosotros con toda la Iglesia diocesana, los
del norte y los del sur, los del este y los del oes-
ALFREDO URZAINQUI
te, los de unas tendencias y los de otras, todos
unidos en la fe común de Jesucristo y en la co-
munión católica, con los sacerdotes, con el Ar-
zobispo Don Francisco, con el santo Padre Fran-
migos lectores de “La Verdad”: Ce- cisco. Somos así visiblemente, el cuerpo de Cris-
lebramos el día de la Iglesia Dioce- to, nuestra unidad revela su presencia y su sal-
sana. Un día adecuado para dar vación.
gracias a Dios por el don de la Igle- Esta unidad exige también la unidad de bie -
sia, por haber sido bautizados y nes. Por eso hoy colaboramos en la colecta con
educados en ella, por vivir ahora los gastos de la Iglesia Diocesana. Basta la sen-
A mismo enriquecidos con
los bienes espirituales de la Iglesia,
visibles e invisibles. En una época cultural que invita a la
Ocurre que al hablar de la Iglesia, fragmentación, a la división y al
pensamos espontáneamente en nues- individualismo necesitamos afirmar
tra parroquia, en nuestra asociación nuestra unidad con claridad y firmeza.
en nuestra comunidad eclesial, o mo-
vimiento, en nuestro grupo más coti-
diano y familiar. Hemos de saber que estas rea- satez y la normal vivencia de la eclesialidad pa-
lizaciones pequeñas y familiares en las que vivi- ra tomar conciencia de que hay que colaborar
mos tan a gusto, son realmente Iglesia si viven generosamente en el sostenimiento de la Iglesia
espiritualmente y físicamente conectadas con la diocesana. En este número exponemos detalla-
Iglesia original de los Apóstoles, con la Iglesia damente este asunto. Que la Virgen María y los
apostólica de Roma, con el Obispo y la Iglesia patronos de nuestras Diócesis de Pamplona y
diocesana, de donde nos viene la fe de los Após- Tudela, San Fermín y San Agustín intercedan
toles, los sacramentos de la gracia, del perdón y por nosotros para que sigamos siendo sal y luz,
de la santificación, las grandes dimensiones de germen de la nueva humanidad y demos al mun-
la comunión y del amor de Jesucristo y del Espí- do un motivo para seguir esperando. ❏
2 • LA VERDAD