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CARTAS DESDE LA ESPERANZA









                      PERFECTOS EN


                               UNIDAD Y


                           COMUNIÓN                   cristo y no escapó puesto que se puso al unísono
                                                      con la voluntad del Padre. Es mejor el menos per-
                                                      fecto en comunión de amor que el más perfecto
                                                      fuera de ella. De ahí se deduce que los criterios
            Aprender de la oración del Señor          personales vienen dignificados mucho más si se

               que nos manifiesta una lección         sabe poner, por encima del personalismo, la uni-
                                                      dad que es comunión.
             perfecta de abandono y de unión             Este debe ser el espíritu de la sinodalidad
                 con la voluntad de Dios, es el       (vivir en diálogo de comunión) a la que la Igle-
                        camino de la auténtica        sia nos ha convocado. Los personalismos, por
                                                      muy perfectos que sean, si no saborean la uni-
            sinodalidad. La Iglesia sustentada        dad  y  la  comunión,  provocan  grandes  males.
           por el sacramento de la Eucaristía         Aprender de la oración del Señor que nos ma-
                                                      nifiesta una lección perfecta de abandono y de
              es signo de unidad y vínculo de         unión con la voluntad de Dios, es el camino de
             caridad. La Eucaristía construye         la auténtica sinodalidad. La historia de la Igle-
                la Iglesia y nos une al Cuerpo        sia así nos lo muestra a través de la Palabra de
                                                      Dios y de la Tradición. De lo contrario se cae en
                          místico de Jesucristo.      un escándalo estrepitoso que, como un tornado
                                                ―     destruye por donde quiera transcurre. La ora-

                                 MONS. FRANCISCO PÉREZ  ción no es un diálogo personalista sino un diá-
                              ARZOBISPO DE PAMPLONA - TUDELA  logo en comunión con Jesucristo que es la Pa-
                                                      labra y explicación de la misma por la Tradición
                                                      y que la confía Jesucristo a Pedro y sus Suceso-
                                                      res.
                                                         La Iglesia sustentada por el sacramento de
                                                      la Eucaristía es signo de unidad y vínculo de ca-
                        ay una tendencia muy común y es  ridad. La Eucaristía construye la Iglesia y nos
                        la  de  fantasear  con  los  propios  une al Cuerpo místico de Jesucristo. Es el mis-
                        criterios que pueden llegar a ser  mo Catecismo de la Iglesia Católica que nos in-
                        absolutos  y  que  provocan  divi-  vita a unirnos puesto que la comunión renueva,
                        sión.  En  la  enseñanza  de  Jesu-  fortifica, profundiza esta incorporación a la Igle-
                        cristo nos muestra que aún cuan-  sia realizada ya por el Bautismo. Y se nos re-
           H do él pedía al Padre que pasara el       cuerda que: “El cáliz de bendición que bendeci-
           cáliz amargo se doblega, como razón fundamen-  mos ¿no es acaso comunión con la sangre de
           tal, a aceptar la voluntad de Dios: “Padre, si quie-  Cristo? Y el pan que partimos ¿no es comunión
           res, aparta de mí este cáliz; pero no se haga mi  con el Cuerpo de Cristo? Porque aun siendo mu-
           voluntad, sino la tuya” (Lc 22, 42). Tener miedo a  chos, un solo pan y un solo cuerpo somos, pues
           los tormentos o a las disconformidades es algo  todos participamos de un solo pan” (1Co 10, 16-
           muy humano. Es una aflicción que padeció Jesu-  17). Aquí está la esencia de la comunión y no de-


           4 • LA VERDAD
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