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bemos desviarla por otros caminos distintos que 3. La sucesión apostólica por el sacramento
fascinan ideológicamente, pero son motivacio- del orden, que conserva la concordia fraterna de
nes que nada tienen que ver con la afirmación la familia de Dios.
que Jesucristo comunica a los suyos: “Yo soy la Esa fue la intención de Jesucristo en la ora-
vid, vosotros los sarmientos. El que permanece ción que dirigía a los suyos: “Que todos sean uno.
en mí y yo en él, ese da mucho fruto, porque sin Como tú, Padre en mí y yo en ti, que ellos sean
mí no podéis hacer nada” (Jn 15, 5). Por mucho también uno en nosotros, para que el mundo
que el sarmiento quiera dar fruto separado de la crea que tú me has enviado” (Jn 17, 21). En esta
vid, no lo conseguirá. Más vale un
sarmiento débil pero unido a la vid
que uno fuerte pero separado de ella. Es mejor el menos perfecto
El vínculo de la unidad ha de preva- en comunión de amor que el más
lecer para ser justos.
Este vínculo podemos compro- perfecto fuera de ella.
barlo en la unidad de la Iglesia que
peregrina y donde está asegurada la
unidad por los lazos visibles de comunión: hermosa plegaria podemos comprobar hasta
1. La profesión de una misma fe recibida de dónde nos jugamos la vida de comunión. No olvi-
los apóstoles y que siempre rezamos en la cele- demos que somos Iglesia, imagen de la Trinidad,
bración de la Eucaristía dominical y es el Credo. y en ella no hay fisuras aunque sean tres Perso-
2. La celebración común del culto divino so- nas distintas, puesto que les une el Amor en un
bre todo de los sacramentos que nos unen en un solo Dios. La Iglesia no es ni democrática, ni aris-
solo Cuerpo de Cristo. tocrática sino signo e imagen de la Trinidad. ❏

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