Page 19 - Laverdad_4335
P. 19
TRIBUNA LIBRE
indiferencia, con qué frialdad. Mi corazón está ol-
vidado; ya nadie se preocupa por mi amor, siem-
pre estoy triste. Mi casa se ha convertido para
muchos en un teatro de diversiones; también mis
ministros, a quienes siempre he mirado con pre-
dilección, a quienes he amado como a la niña de
mis ojos; y deberían ayudarme en la redención de
un tiempo, pero ¿quién lo creería? De ellos debo
recibir ingratitud e ignorancia».
Todo esto le sucedió en diciembre de 1912.
Pero es que el 4 de abril de 1913 tuvo otra visión.
Dice: «Jesús se me apareció. Estaba maltrecho y
desfigurado. Me mostró una gran multitud de sa-
cerdotes regulares y seculares, entre ellos varios
dignatarios eclesiásticos; de estos, quien cele-
braba, estaba de pie y se quitaba las vestiduras
sagradas (…) Se alejó de aquella turba de sacer-
dotes con una expresión de gran disgusto gritan-
do: “¡carniceros!”. Y dirigiéndose a mí me dijo:
“Hijo mío, no creas que mi agonía haya sido de
tres horas, no. Yo estaré por las almas más bene-
ficiadas por mí, en agonía hasta el fin del mundo
(…) Lo que más me aflige es que añaden su des-
precio e incredulidad a su indiferentismo».
Duras son estas palabras de san Pío sobre la
heridas, hecho que ayudaba a comprobar el ingratitud de algunos consagrados de su tiempo.
hecho como cierto. Mons. Rossi escribió también Duele leerlas. Y parece que los tiempos no han
que el Padre Pío era muy gentil; muy amado por ido a mejor. Es verdad que ya entre sus elegidos
sus superiores por ser "gran ejemplo y no mur- hubo un traidor, y que siempre ha habido, hay y
murador"; dedicaba entre 10 y 12 horas al día a habrá Judas. Pero sabemos también de la gene-
confesar y celebraba Misa "con extraordinaria rosa entrega de otros muchos sacerdotes que, a
devoción". pesar de sentirse incomprendidos, solos, no apo-
Sabemos que ya siete años antes, el hijo de yados en muchas ocasiones, perseguidos y mar-
Dios había confiado al capuchino su pena por la tirizados, son ejemplo de fe, servicio y entrega.
ingratitud de sus elegidos. Según padre Pío, el Baste recordar el número de los que en la Gue-
Hijo de Dios dijo: «Con cuanta ingratitud se paga rra Civil española fueron martirizados en la cató-
mi amor a los hombres; hombres viles y débiles lica España por su fe inquebrantable, cerca de
que no se hacen ninguna violencia para vencerse 8000. Demos gracias a Dios por todos ellos y
a sí mismos en las tentaciones, que más bien se puesto que “la mies es mucha y los obreros
deleitan en su iniquidad. Las almas que más amo, pocos, rogad al Dueño de la mies que envíe más
puestas a prueba, me fallan, los débiles se aban- obreros a su mies” (Lc. 10.2) ❏
donan al desánimo y la desesperación, los fuertes
se relajan poco a poco. Solo me quedo de noche,
solo de día en las iglesias. Ya no les importa el sa- Nota: Casi todo lo relatado en este artículo está to-
cramento del altar, no hablan de este sacramen- mado de la revista italiana “VOCE DI PADRE PIO”
to del amor, y los que lo hacen ¡ay de mí! con qué de mayo de 2021, así como de otras publicaciones.
LA VERDAD • 19