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modas donde la droga se convierte como en un  Pienso también en San Fermín que aún siendo
         talismán que satisface los deseo de felicidad; no  del siglo segundo se le sigue recordando y mucha
         son las vanas relaciones que se aprovechan del  gente acude a su Capilla en Pamplona para rezar
         otro como si de un objeto se tratara. La munda-  porque encuentran una paz y sosiego espiritual.
         nidad provoca un vacío interior que a la postre  Por mucho que la secularización se hace presen-
         pasa factura amarga.                        te, la estela de luz que derraman los santos no
            Los santos han sido sabios cuando han pasa-  deja impasibles a nadie. Es la fuerza de la santi-
         do de una forma de vivir a otra que colma el co-  dad que Jesucristo nos ha proclamado y él mismo
         razón y la existencia. Uno de tantos ejemplos es  la ha vivido como signo de salvación.
         la conversión de San Ignacio de Loyola. Cuentan  Imitar y vivir al estilo de los santos nos hace
         de él: “Cuando pensaba en las cosas del mundo,  revivir la alegría y la felicidad que sólo Dios nos
         ello  le  producía  de  momento  un  placer;  pero  puede conceder. San Juan Bosco decía que la ba-
         cuando hastiado, volvía a la realidad, se sentía  se de toda santidad consiste en estar siempre ale-
         triste y árido de espíritu; por el contrario, cuan-  gres. La santidad no es para las personas tristes
         do pensaba en la posibilidad de imitar las auste-  y amargadas. Ni para los que se quejan conti-
         ridades de los santos, no sólo entonces experi-  nuamente de que todo les va mal. Tampoco para
         mentaba un intenso gozo, sino que además tales  los que critican a quienes no son iguales a ellos.
         pensamientos lo dejaban lleno de alegría” (Luis  Es la alegría que impulsa a hacer siempre el bien
         Gonçalves de Cámara, Cap. 1,5-9: Acta Sancto-  y perdonar a todos. La alegría que lleva a traba-
         rum Iulii 7, 1868, 647). Es impresionante obser-  jar por construir un mundo más justo y más fra-
         var que la vida de los santos nunca pasa de mo-  terno donde se pueda vivir en paz. La alegría de
         da porque llevan una luz que nadie la puede apa-  sentir  que  Dios  es  nuestro  Padre  que  nos
         gar. Pasan los siglos y los seguimos recordando.  comprende y ayuda siempre. ❏


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