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EN PORTADA























                                                        Si,  como  ocurrió  en  España,  los  obispos,
                   LA PERSECUCIÓN                    sacer dotes, religiosos y seglares católicos fue-

                                                     ron encarcelados o asesinados, no porque habí-
          RELIGIOSA EN ESPAÑA                        an cometido algún delito o acto contra el Esta-
                                                     do, sino porque el solo hecho de pertenecer
                                                     a la Iglesia o ser ministro de ella era consi-
                      EN EL SIGLO XX                 derado una traición o una falta de adhesión al
                                                     sistema político —y más todavía si éstas se pro-
                                                     dujeron como reacción violenta a una represión
                                               ―     desencadenada por los enemigos políticos— en
                               VICENTE CÁRCEL ORTÍ  (*)  tales circunstancias, por mucho que las autori-
                                                     dades  declaren  que  pretendían  una  finalidad
                                                     política —como dijeron los emperadores roma-
                                                     nos y han dicho siempre sin excepción alguna
                                                     todos los perseguidores que la Iglesia ha cono-
                  a Iglesia, con su proverbial pondera-  cido— hay que hablar de persecución religiosa
                  ción y prudencia, resistió durante mu-  sin paliativos y no de simple represión política.
                  chos años a las presiones de quienes  Cuando la Iglesia concede el honor de los
                  llegaron a pedir una canonización en  altares a sus mártires no hace un proceso de
                  masa  de  las  víctimas  de  la  persecu-  los asesinos, ni les condena, sino que emite un
                  ción  religiosa  y  ha  seguido  criterios  juicio sobre las virtudes heroicas del mártir, que
          L semejantes a los adoptados con otros     murió perdonando, como Cristo en la Cruz, y co-
          países —por ejemplo, los mártires de la Revolu-  mo ha hecho siempre la Iglesia con sus verdu-
          ción Francesa, los de la Inglaterra del siglo xvi,  gos, porque predica la ley del amor y del perdón
          los de las misiones afro-asiáticas de los siglos  y no la del odio y la venganza.
          xvm y XIX, etc.—, dejando que el paso de los  La  persecución  religiosa  reveló  una  va-
          años y de las generaciones serenaran los áni-  lentía  increíble  en  sacerdotes,  religiosos  y
          mos y permitieran examinar cada uno de los ca-  seglares católicos, incluso entre mujeres senci-
          sos,  individualmente,  para  descubrir  las  razo-  llas y humildes, que nunca cedieron ante las pre-
          nes de cada muerte y el espíritu con que fue  tensiones de sus perseguidores, y que fueron el
          aceptada. Es decir, que, antes de proclamar  signo más evidente de que los valores evangéli-
          el martirio de un cristiano, la Iglesia quie-  cos habían penetrado profundamente y habían
          re cerciorarse de que se dan en él todos los  sido acogidos con todas sus consecuencias. ❏
          elementos  teológicos  y  canónicos  por  los
          cuales se pueda declarar que fue mártir y  (*) De su libro La persecución religiosa en Es-
          que puede y debe ser propuesto a la veneración  paña durante la segunda república (1931-1939)
          de los fieles para que imiten su ejemplo.   (Rialp. Madrid, 1990).


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