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DIÓCESIS









                        Masiva          mas en la organización porque
                                        ni con la ayuda de la policía mu-
            despedida del               nicipal se podía controlar aquel
                                        gentío que no paraba de crecer.
                       mes del          En estas circunstancias comen-
                                        zó  la  procesión  y  el  rezo  del
             Rosario en la              Santo Rosario.
                        Unidad             Abría la misma la cruz pa-
                                        rroquial,  que  portaba  el  semi-
                 Pastoral de            narista Diego de la Chica y al
                                        que acompañaban un grupo de
                           Zizur        monaguillos. Detrás iba La Vir-
                                        gen en unas andas con flores y
                                  ―
                                        portada por cuatro de los 16 jó-
                  JOSÉ LUIS MORRÁS-ETAYO  venes  que  durante  el  trayecto
                                        se fueron turnando. Seguido los
                                        sacerdotes de Cizur: Don Jose  algo  que  tuvo  una  inmediata
                                        Luis Morras-Etayo, Don Miguel  respuesta afirmativa y que faci-
           A LAS NUEVE de la noche, esta-  Garisoain y Don Jorge Arrasate,  lito todo el desarrollo de la pro-
           ban convocados los parroquia-  vestidos con capa pluvial y justo  cesión.  Lo  más  chocante  fue
           nos de los dos “Cizures” en la  detrás las Siervas del Hogar de  cuando una vez en la Urbaniza-
           parroquia  de  San  Emeterio  y  la Madres y un numeroso grupo  ción, cruzando las calles y pa-
           San Celedonio de Cizur Menor  de jóvenes con guitarras, para  sando  por  delante  de  bares  y
           para  dar  inicio  a  la  procesión  ir cantando durante todo el tra-  restaurantes  la  gente  salía  de
           que terminaría en la parroquia  yecto, y para terminar cientos  los mismos y otros se asomaban
           de Santa María de la Esperanza  de personas de todas las eda-  a las ventanas de los edificios
           de  Doniantzu,  en  la  urbaniza-  des,  incluso  hasta  en  silla  de  porque nunca habían visto una
           ción de Zizur Mayor.         ruedas. Difícil de explicar si eso  cosa igual. Eso sí, hubo muchí-
              La noche era más que des-  no se ve.                   simo respeto y más devoción.
           agradable,  las  constantes  ra-  Las  Hermanas  tenían  pre-  En varios tramos fueron chi-
           chas de viento huracanado im-  paradas cinco familias para que  cas jóvenes y madres de familia
           pedían  mantener  encendidas  cada una de ella rezase un mis-  las que quisieron lleva a la Vir-
           las cientos de antorchas prepa-  terio del Rosario, increíble ver a  gen. Llegados a la parroquia de
           radas  para  la  ocasión.  No  se  jóvenes y niños como lo hicie-  Santa María, la nave central y
           preveía gran asistencia en estas  ron de bien. Después de cada  la capilla del fondo se quedaron
           circunstancias  tan  desagrada-  misterio, se paraba un momen-  pequeñas para dar cobijo a las
           bles,  pero  no  se  contaba  con  to y se entonaba un canto a La  más  de  quinientas  personas
           algo tan importante como que  Virgen, la multitud de voces ta-  que se habían concentrado, por
           la que realmente convocaba era  paban el ruido del viento y los  lo que muchos se quedaron en
           La Virgen.                   acordes de las guitarras dulcifi-  la calle y siguieron la celebra-
              Sin dar la hora, la parroquia  caban la dureza de la noche.  ción a través de la megafonía.
           de Cizur Menor estaba llena y   Conforme  bajábamos  para  En la parroquia, una Hermana
           el atrio también, pero mirabas a  la  Urbanización  seguía  unién-  y una joven rezaron las letanías
           los  alrededores  y  veías  afluir  dose la gente y la Policía Muni-  del Rosario. Finalmente, el pá-
           tanta gente que aquello parecía  cipal tuvo que pedir ayuda a jó-  rroco, don Miguel Garisoain, di-
           increíble.  Se  preveían  proble-  venes para regular la situación,  rigió unas emotivas palabras a


           16 • LA VERDAD
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