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LECTURAS








                  I DOMINGO


           DEL TIEMPO DE



                     ADVIENTO
                                             nosotros la arcilla y tú nuestro alfa-
                                       ―     rero: todos somos obra de tu mano.
                                    CICLO B
                                             1 Corintios 1, 3-9
                                             Hermanos:
                                             A vosotros gracia y paz de parte de
                                             Dios nuestro Padre y del Señor Je-
                                             sucristo. Doy gracias a mi Dios con-
           Isaías 63, 16c-17. 19c; 64, 2b-7  tinuamente  por  vosotros,  por  la
           Tú,  Señor,  eres  nuestro  padre,  tu  gracia  de  Dios  se  os  ha  dado  en
           nombre desde siempre es «nuestro
           Libertador». ¿Por qué nos extraví-
           as, Señor, de tus caminos, y endu-
           reces nuestro corazón para que no
           te tema? Vuélvete, por amor a tus  Salmo 79, 2ac y 3b. 15-16. 18-19
           siervos y a las tribus de tu heredad.
           ¡Ojalá  rasgases  el  cielo  y  descen-  /R. Oh Dios, restáuranos, que brille tu
           dieses! En tu presencia se estreme-  rostro y nos salve.
           cerían las montañas. «Descendiste,
           y las montañas se estremecieron».  Pastor de Israel, escucha;
           Jamás se oyó ni se escuchó, ni ojo  tú que te sientas sobre querubines,
           vio un Dios, fuera de ti,que hiciera  resplandece;
           tanto por quien espera en él. Sales  despierta tu poder y ven a salvar-  “Manantial de
           al encuentro de quien practica con  nos. R/                           amor” del
           alegría la justicia y, andando en tus                                 pintor José
           caminos, se acuerda de ti. He aquí  Dios del universo, vuélvete:      Garnelo y
           que  tú  estabas  airado  y  nosotros  mira desde el cielo, fíjate,   Alda, realizado
           hemos pecado. Pero en los caminos  ven a visitar tu viña.             en el año
           de antiguo seremos salvados. Todos  Cuida la cepa que tu diestra plantó,  1901.
           éramos  impuros,  nuestra  justicia  y al hijo del hombre que tú has for-
           era un vestido manchado; todos nos  talecido. R/
           marchitábamos  como  hojas,  nues-
           tras  culpas  nos  arrebataban  como  Que tu mano proteja a tu escogido,
           el  viento.  Nadie  invocaba  tu  nom-  al hombre que tú fortaleciste.
           bre, nadie salía del letargo para ad-  No nos alejaremos de ti;
           herirse a ti; pues nos ocultabas tu  danos  vida,  para  que  invoquemos
           rostro y nos entregabas al poder de  tu nombre. R/
           nuestra culpa. Y, sin embargo, Se-
           ñor, tú eres nuestro padre,


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