Page 22 - Laverdad_4347
P. 22

OBITUARIO









                              SANTIAGO


                             ARELLANO,



                    MAESTRO DE LA


                                   MIRADA


                                                ―
                                  ANDRÉS JIMÉNEZ ABAD





                               e es muy grato referirme
                               a un gran maestro y me-
                               jor amigo, con el que he
                               compartido ideales, pre-
                               ocupaciones y andanzas
                               desde hace décadas. Al-
           M go dejaré en el tintero de
           lo mucho y muy bueno que en justicia debería de-
           cir, por razones de espacio y por no arriesgarme
           a caer en la lisonja.
              Me centraré en su faceta de profesor de lite-  de sentido” para mostrar el verdadero significa-
           ratura y maestro de educadores, singularmente a  do y valor de las cosas, del propio ser humano y
           través del arte, aunque dejo al lado una de sus  de su quehacer en la vida. Porque, como repetía
           contribuciones  más  fecundas  y  positivas:  la  de  con ocasión y sin ella, “¡¡hemos sido creados pa-
           Director General de Educación en Navarra du-  ra amar…!!”
           rante doce años. Quizás para otro momento.    Sin  embargo,  no  debemos  ignorar  -menos
              Santiago ha dedicado una ingente labor y su  aún los educadores- la situación dramática del
           mayor esfuerzo a educar la mirada, a despertar y  ser humano herido por el pecado original. La cer-
           afinar la sensibilidad y la finura de conciencia en  teza de nuestra condición caída obliga al sano re-
           quienes le escuchan, le leen y comparten con él  alismo de preparar al niño y al joven, con ayuda
           amistad, tiempo y afición.                 de la gracia, para ser dueño de sí mismo frente al
              Nos  hallamos  ante  alguien  que  poseía  una  desorden al que es proclive nuestra naturaleza.
           formación  humanística  fuera  de  lo  común.  Sin  Por eso es preciso aprender a mirar, más allá
           duda, era un sabio conocedor de la literatura, en  de lo secundario y aun de lo urgente, y captar lo
           particular la española, hasta extremos increíbles;  que es de verdad importante. Hemos de tomar
           pero asombra escucharle articular desde una vi-  en serio la educación en virtudes, con su ingre-
           sión global y sumamente lúcida claves históricas,  diente de esfuerzo y su potencialidad para el go-
           estéticas, filosóficas y aun teológicas. Su objetivo  zo.  Bucear  en  nuestro  “ser  personas”,  que  es
           como maestro ha sido ante todo ofrecer “claves  don y tarea al mismo tiempo, para vivir según


           22 • LA VERDAD
   17   18   19   20   21   22   23   24   25   26   27