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vivienda. Para vivir, necesitamos alimento. Pero, si
somos codiciosos, si nos negamos a compartir lo
que tenemos con los hambrientos y los pobres,
convertimos nuestros bienes en una falsa divini-
dad. En nuestra sociedad materialista, muchas
voces nos dicen que la felicidad se consigue pose-
yendo el mayor número de bienes posible y obje-
tos de lujo. Sin embargo, esto significa transfor-
mar los bienes en una falsa divinidad. En vez de
dar la vida, traen la muerte”.
7. Ante la dignidad humana: “Y ¿qué decir de
nuestro entorno social? ¿Estamos suficientemen-
te alerta ante los signos de que estamos dando la
espalda a la estructura moral con la que Dios ha
dotado a la humanidad? ¿Sabemos reconocer que
la dignidad innata de toda persona se apoya en su
identidad más profunda, como imagen del Crea-
dor, y que, por tanto, los derechos humanos son
universales, basados en la ley natural, y no algo
que depende de negociaciones o concesiones,
fruto de un simple compromiso?”
“Esto nos lleva reflexionar sobre el lugar que ocu-
pan en nuestra sociedad los pobres, los ancianos,
los emigrantes, los que no tienen voz. ¿Cómo es mina la libertad y la creatividad de la persona y
posible que la violencia doméstica atormente a sus relaciones familiares y sociales, con graves
tantas madres y niños? ¿Cómo es posible que el daños en el plano psicológico y espiritual”.
seno materno, el ámbito humano más admirable
y sagrado, se haya convertido en lugar de indeci- “Quisiera recordar a todos, en especial a los go-
ble violencia?”. bernantes que se ocupan en dar un aspecto reno-
vado al orden económico y social del mundo, que
8. Ante los abusos a menores en la Iglesia: el primer capital que se ha de salvaguardar y va-
"También nosotros pedimos perdón insistente- lorar es el hombre, la persona en su integridad:
mente a Dios y a las personas afectadas, mientras Pues el hombre es el autor, el centro y el fin de
prometemos que queremos hacer todo lo posible toda la vida económico-social”
para que semejante abuso no vuelva a suceder
jamás". 10. Sobre la Iglesia: “Sólo quisiera subrayar
esta última visión de la Iglesia ‘pobre y libre’, que
"Una vez más sólo puedo expresar a todas las víc- recuerda la figura evangélica de la viuda. Así
timas de abusos sexuales mi profunda vergüenza, debe ser la comunidad eclesial para que logre ha-
mi gran dolor y mi sincera petición de perdón". blar a la humanidad contemporánea”.
9. Sobre el trabajo humano: “El estar sin tra- “La opción preferencial (de la Iglesia) por los po-
bajo durante mucho tiempo, o la dependencia bres está implícita en la fe cristológica en aquel
prolongada de la asistencia pública o privada, Dios que se ha hecho pobre por nosotros, para en-
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