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REFLEXIÓN








                     EL MAL NUNCA


                       SERÁ UN BIEN



                                                ―
                                 MONS. FRANCISCO PÉREZ
                          ARZOBISPO DE PAMPLONA/TUDELA






                        ueridos  sacerdotes,  religiosos,
                        agentes de pastoral y fieles: Ante
                        la  situación  por  la  que  estamos
                        pasando quiero afirmar que nun-
                        ca el mal, por pequeño que sea,
                        puede  ser  considerado  un  bien.
           Q Os hablo por algo que me duele
           profundamente y que hiere el Corazón de Dios en
           nuestra sociedad: el aborto provocado.
              Por racionalidad, por humanidad, por sentido
           ético y moral, no es legítimo matar. En las entra-
           ñas de la ley natural está el quinto mandamiento:
           No matarás.
              “La vida humana no solo no debe ser arreba-
           tada, sino que debe ser protegida con preocupa-
           ción y amor. Cada uno de nosotros está hecho a
           imagen y semejanza de Dios y reflejamos su Glo-  peto a la vida. Atender a la madre y a su hijo, es
           ria en el mundo... La persona humana lleva una  la  maravillosa  modernidad,  que  tiene  como  sa-
           huella indeleble de Dios y es el pináculo de toda  grada la vida desde los inicios de la misma.
           creación. La fuente de nuestra dignidad no sólo  Matar nunca es la solución. Siempre existen
           está vinculada con nuestra creación por parte de  modos humanos para superar las adversidades;
           Dios, sino con nuestro destino final para pasar la  pero nunca la solución es matar.
           eternidad con el Padre” (S. Juan Pablo II, “Evan-  El Catecismo de la Iglesia Católica así lo afir-
           gelium Vitae”).                            ma: “Desde el siglo primero, la Iglesia ha afirma-
              No se puede incluir, como signo e identidad de  do la malicia moral de todo aborto provocado. Es-
           la modernidad algo que siempre ha caracterizado  ta enseñanza no ha cambiado; permanece inva-
           la barbarie. Las generaciones futuras nos juzga-  riable. El aborto directo, es decir, querido como
           rán como lo hacemos nosotros con los campos de  un fin o como un medio, es gravemente contrario
           exterminio del siglo XX. Nada que disminuya la  a la ley de Dios y a la ley moral en definitiva” (CEC
           dignidad de los seres humanos puede tener ga-  2271).
           rantía de futuro.                             Recemos intensamente para que se convier-
              El termómetro que mide la grandeza de una  tan los corazones y no se cometa tal atrocidad de
           civilización se fija en los grados de amor y de res-  justificar este gran mal.  ❏


           26 • LA VERDAD
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