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mas, que yo estoy contigo, no desmayes, que sucede lo mismo. Parece ser que nadie nos en-
yo soy tu Dios. Te daré fuerzas, te socorreré, tiende; incluso nos sofocamos al observar que
te sostendré con mi diestra victoriosa” (Is 41, los demás nos miran con ojos de desconfianza.
10). Además de mucho ánimo, debemos tener Son muchas situaciones, muchos momentos
suma confianza en Dios y en su ayuda y auxi- en los que podemos sentir la tentación de la
lio. Procesionaremos los pasos e imágenes de soledad. Es entonces cuando de nuevo nos ha-
Cristo y María por nuestras calles, plazas y ví- bla el Maestro: “En el mundo tendréis sufri-
as. Acudiremos a los actos litúrgicos pertinen- mientos, pero confiad: yo he vencido al mun-
tes de estos días. Viviremos con profunda fe do” (Jn 16, 33). Con Cristo a nuestro lado no
los dolores de Cristo y contemplaremos dónde hemos de temer, la victoria de Dios está de
fue crucificado. Cantaremos el aleluya con la nuestra parte. Celebremos esta Semana San-
Luz de su Resurrección y en todo encontrare- ta contemplando la fuerza del sacrificio de
mos una fuerza especial para seguir anun- Cristo que ha padecido, ha muerto y ha resu-
ciando que Jesucristo no nos deja solos sino citado por nosoros. Nos sentiremos acompa-
que nos acompaña siempre en la vida. ñados siempre puesto que Cristo nos ha pro-
El ser humano sufre y en soledad de modo metido que permanecerá con nosotros hasta
especial. También nosotros muchas veces en el final de los tiempos. Hagamos una buena
la vida podemos sentir esa soledad en medio Confesión sacramental y participemos de la
de las luchas y los problemas que nos acosan. Cena del Señor en la Eucaristía del Jueves
Ante las decisiones que hemos de tomar nos Santo. ¡Feliz Pascua de Resurrección! ❏
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