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CINE Y TELEVISIÓN

MAYFLIES amos a ser testigos de
la proliferación de se-
ries y películas que jus-
― tifican la eutanasia o “el
RUTH GUTIÉRREZ suicidio asistido”. Mien-
tras tanto, a la vez, se
V convive con un discurso Una nueva
catastrofista que busca, como es ló- épica de la
gico, disuadir a los jóvenes del suici- autoeliminación
dio. Parece que, en esta lógica (per- extiende sus
versa) pragmática y nihilista, los ma- tentáculos hacia
yores y los enfermos ya no cuentan. los demás y el
Por eso, se les anima a ello. Una nue- Estado es
va épica de la autoeliminación ex- cómplice
tiende sus tentáculos hacia los de- también. Los
más y el Estado es cómplice tam- apologetas del
bién. Se ha puesto de moda ser “em- suicidio
pático”. Si santa Edith Stein levanta- necesitan un
ra la cabeza…. Ya no va a ser una ex- aparato
cepción a la regla para una ocurren- ideológico que
cia remota de un caso desconocido. propicie el
Es un problema social y, por lo tanto, cambio de
los que dudan o sencillamente mentalidad y
aprueban la complicidad en el suici- derribe
dio de alguien necesitan de un apa- reticencias
rato ideológico que propicie el cam- rebeldes. Por
bio de mentalidad y derribe reticen- eso, Vamos a
cias rebeldes. La ley ya está aproba- ser testigos de
da en España. Sin embargo, en paí- la proliferación
ses como Gran Bretaña, no. Y ahí es de series y
precisamente donde sucede la ac- películas (como
esta) que
ción de esta miniserie, basada en la
justifican la
exitosa novela homónima de Andrew
eutanasia o el
O’Hagan. Por ello, conviene estar
alerta y -con las debidas cautelas-, suicidio asistido.
prevenidos de los decorados envol-
ventes con los que se adornan argu-
mentos falsos y crueles, cargados de
sentimentalismos de pacotilla. Me
propongo dar algunos criterios para
una audiencia inquieta, aquí, antes
de que sea demasiado tarde.

26 • LA VERDAD