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EDITORIAL
LOS MONASTERIOS
GENERAN
ESPERANZA
―
ALFREDO URZAINQUI
alidad última de Dios se hace carne cotidiana al
cultivar la oración y la celebración; la fraterni-
dad y la reconciliación; la hospitalidad y la cari-
a vida eclesial sigue y tras la celebra- dad; el trabajo y el descanso.
ción de Pentecostés celebramos, en la Cuantos hermanos y hermanas de toda voca-
solemnidad de la Santísima Trinidad, ción acuden a los monasterios a encontrase con
la Jornada Pro Orantibus, que nos in- el Señor, unidos en la oración del oficio divino y
vita a rezar y encomendar a los mon- la Eucaristía que en el monasterio se celebran
jes y monjas de vida contemplativa. de una manera tan calmada y reposada. Todos
L Rezamos por ellos, pedimos por su fi- hemos experimentado el valor insustituible de
delidad, pedimos por el aumento de las vocacio- los monasterios y de los monjes y monjas. Ellos
nes a la vida monástica y reflexionamos en la vi- nos gritan que Dios es real y que la vida en ora-
da de la Iglesia sobre la grandeza de esta voca- ción está totalmente justificada.
ción contemplativa. Hoy es un día para recordarles, agradecerles
«Generar Esperanza» es el lema de este año su ministerio en favor de la Iglesia universal y de
2023. Un lema que pone el foco en la esperanza la humanidad. Pedir para que sean fieles y para
ante una realidad en la que no es difícil encon- que sean muchos los jóvenes que abracen la vi-
trar motivos para la tristeza y la de-
sazón: amanecemos cada día con no-
ticias de violencia, injusticia, egoís- Experimentamos el valor insustituible de los
mo, exclusión, pobreza y sinsentido. monasterios y de los monjes y monjas. Ellos
También, a una escala más personal, nos gritan que Dios es real y que la vida en
al mirar con sinceridad nuestro inte- oración está totalmente justificada.
rior y el conjunto de nuestras relacio-
nes, nos topamos con heridas y sin-
sabores que pueden ir sumiéndonos, poco a po- da monástica. En el cielo veremos cuantas gra-
co, en un desaliento paralizante. cias han llovido por la oración de estos benditos
Los monjes y monjas de nuestros monaste- hermanos y hermanas nuestros que están felices
rios, al vivir la vida contemplativa, tocan con su anticipando aquí en el mundo la gloria de la pre-
consagración lo grande, la verdad, la bondad y sencia de Dios en su oración y en su fraternidad.
la belleza, la justicia y el amor, se convierten en Hermanos monjes y monas ¡Gracias por
parábola de la esperanza última para la Iglesia y tanto! ¡Que la vida de la Iglesia con vosotros vi-
para toda la humanidad. En cada convento y mo- va glorificando al Padre, al Hijo y al Espíritu
nasterio la esperanza que brota de la fe en la re- Santo! ❏
2 • LA VERDAD