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derar que Dios está más allá de las estrellas,  gracia de Dios y la presencia del Espíritu. Sus
         sin considerar que está siempre a nuestro lado.  facultades son elevadas de tal forma que puede
         Más aún habita dentro y desea que le confie-  realizar acciones de valor sobrenatural.
         mos todo lo que nos ocurre y le pidamos por to-  Sabemos muy bien y aquí la experiencia de
         das  nuestras  necesidades.  Aumenta  en  nos-  los santos nos lo testifican que la oración “se
         otros la necesidad de fiarnos, de abandonarnos  verifica en nuestra vida cuando dejamos actuar
         cada vez más a Él. Nos transforma de seres hu-  en  nosotros  al  Espíritu  de  Cristo…  Entonces
         manos  vinculados  a  las  realidades  mundanas  comprendemos que con la oración no somos li-
         en  seres  humanos  espirituales:  “Nosotros  no  berados de las pruebas o de los sufrimientos,
         hemos recibido el espíritu del mundo, sino el  sino que podemos vivirlos en unión con Cristo,
         Espíritu que viene de Dios, para que conozca-  con sus sufrimientos, en la perspectiva de par-
         mos los dones que Dios nos ha concedido; y en-  ticipar también de su gloria. Muchas veces, en
         señamos estas cosas no con palabras aprendi-  nuestra oración, pedimos a Dios que nos libere
         das  por  sabiduría  humana,  sino  con  palabras  del  mal  físico  y  espiritual,  y  lo  hacemos  con
         aprendidas del Espíritu, expresando las cosas  gran confianza… En realidad, no hay grito hu-
         espirituales con palabras espirituales” (1Cor 2,  mano que Dios no escuche… La oración no nos
         12-13). Como percibimos según la experiencia  libra del sufrimiento, pero la oración nos per-
         humana podemos ser “persona humana no es-   mite vivirlo y afrontarlo con una fuerza nueva”
         piritual”-“persona  humana  animal”  en  cuanto  (Benedicto XVI, Audiencia General, 16 de mayo
         que actúa únicamente según sus facultades hu-  2012). En definitiva quien reza y ora nunca se
         manas, y es incapaz de ver más allá de las co-  angustiará y desesperará puesto que tenemos
         sas de la tierra. En cambio, la “persona huma-  al mejor DULCE HUESPED de nuestra vida, al
         na espiritual”, es el cristiano regenerado por la  Espíritu Santo. ❏


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