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jo que nasce restaura la falta de tres finados;  no “tipo” sino persona. El valor universal del
         con nuevo sucesor se pierde la alegre memoria  personaje  “Celestinesco”  es  magistralmente
         y placeres perdidos del pasado.” El suicidio de  humano por la persona individual que la sus-
         Melibea es, en esta mentalidad, inexplicable. A  tenta; por eso teme, salta de alegría, tiembla
         lo más que aspira es a: “que Melibea llore cuan-  ante el peligro y es capaz, hasta en las puertas
         to ahora goza.” La venganza desencadena daños  de sus postrimerías, de pedir confesión. Perdu-
         no previstos. La muerte voluntaria de Melibea  ra todavía una cierta conciencia religiosa. Are-
         merece estudio aparte. No es causa-efecto; pero  úsa  confía  en  sus  propias  cualidades,  en  sus
         sí eso que hoy llamamos daños colaterales. Qué  mañas, en su juicio, sin que nada ni nadie le es-
         pena que la obra no nos cuente el final de Sosia  torben. Areúsa no invoca al diablo (no es bruja)
         o de Centurio, de Elicia, Lucrecia o hasta de la  ni echa manos de medios exotéricos (tampoco
         misma Areúsa. Los intentos de continuar la obra  es hechicera). No invoca ni a Dios ni al diablo.
         fueron un fracaso literario. No es fácil que en un  Su oficio lo ejerce con orgullo, es consciente de
         tiempo limitado salgan genios como el de Rojas.  su eficacia y valía. Areúsa dirigiría hoy un me-
            Su  genialidad  se  manifiesta  en  cada  pala-  dio de comunicación, sin duda dominaría y uti-
         bra, en la identidad de cada personaje, ningu-  lizaría sin escrúpulos las nuevas tecnologías.



           LA CELESTINA
                                                    Areúsa.— Mas, hazme este placer, que me
           Areúsa. —Si eso es verdad, ¿de quién mejor se  envíes acá ese Sosia. Yo le halagaré y diré mil
           puede tomar venganza, de manera que quien  lisonjas y ofrecimientos, hasta que no le deje
           lo comió, aquel lo escote? Déjame tú, que si yo  en  el cuerpo cosa de lo hecho y por hacer.
           les caigo en el rastro, cuándo se ven y cómo,  Después a él y a su amo haré revesar
           por dónde y a qué hora —no me hayas tú por  (Vomitar) el placer comido. E tú, Elicia, alma
           hija de la pastelera vieja que bien conociste—,  mía, no recibas pena, pasa a mi casa tu ropa y
           si no haga que les amarguen los amores. Y si  alhajas y vente a mi compañía, que estarás
           pongo en ello a aquel con quien me viste que  muy sola y la tristeza es amiga de la soledad.
           reñía cuando entrabas, si no sea él peor  Con ‘nuevo amor olvidarás los viejos’; un hijo
           verdugo para Calisto que Sempronio de    que nasce restaura la falta de tres finados; con
           Celestina. ¡Pues qué gozo habría ahora él en  nuevo sucesor se pierde la alegre memoria y
           que le pusiese yo en algo por mi servicio, que  placeres perdidos del pasado. De un pan que
           se fue muy triste de ver me que le traté mal; y  yo tenga, tendrás tú la mitad. Más lástima
           vería él los cielos abiertos en tornarle yo a  tengo de tu fatiga que de los que te la ponen.
           hablar y mandar! Por ende, hermana, dime tú  Verdad sea que, cierto, duele más la perdida
           de quién pueda yo saber el negocio cómo  de lo que hombre tiene, que da placer la
           pasa, que yo le haré armar un lazo con que  esperanza de otro tal, aunque sea cierta. Pero
           Melibea llore cuanto ahora goza. En el proceso  ya lo hecho es sin remedio y los muertos
           de  transformación social, Areúsa no necesita  irrecuperables. E como dicen: ‘Mueran y
           de Dios para sacar adelante su vida.     vivamos…’ A los vivos me deja cargo, que yo
           Elicia.— Yo conozco, amiga, otro compañero de  te les daré tan amargo jarope a beber cual
           Pármeno, mozo de caballos, que se llama  ellos a ti han dado. ¡Ay prima, prima, cómo sé
           Sosia, que le acompaña cada noche. Quiero  yo, cuando me ensaño, revolver estas tramas,
           trabajar de se lo sacar todo el secreto, y este  aunque soy moza! Y de ál me vengue Dios,
           será buen camino para lo que dices.      que de Calisto, Centurio me vengará”



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