Page 4 - Laverdad_4346
P. 4
CARTAS DESDE LA ESPERANZA
MÍ DIOS, TÚ ME
CONOCES
Dios nos conoce desde el comienzo de
Sabiendo que Dios nos ha nuestra existencia en el seno materno. “Tú has
formado mis entrañas, me has plasmado en el
creado y por amor nos ha hecho vientre de mi madre” (Sal 139, 13). Dios inter-
a su imagen y semejanza, nos viene asimismo en la vida entera del ser huma-
no: en su concepción y en los bienes que reci-
conoce mucho mejor que bió a lo largo de su existencia. No menospre-
nosotros mismos. Conoce lo más ciemos la obra del Señor. Valoremos la vida
profundo de nuestro ser, desde desde sus inicios hasta el final de la misma.
Aprendamos a ver el diseño de Dios en cada
nuestro corazón, nuestras persona, desde el momento de la concepción
emociones hasta nuestros hasta el momento de su muerte natural. Ante
pensamientos. una “cultura de la muerte” que se promueve
como signo de progresismo, es todo lo contra-
― rio puesto que va en contra del auténtico hu-
manismo. Son los ramalazos de la soberbia hu-
mana que se opone y corrige con altanería a
MONS. FRANCISCO PÉREZ
ADMINISTRADOR APOSTÓLICO DE PAMPLONA - TUDELA Dios. Achaca a Dios que ya no le necesitamos.
Que ya ha pasado de moda y su presencia ya no
es necesaria. La sabiduría de Dios vencerá, la
necedad del ser humano se desvanecerá como
humo.
Dios conoce lo más íntimo de nuestro ser:
uchas veces podemos pensar “Señor, tú me examinas, tú me conoces. Sabes
que nos conocemos muy bien cuándo me siento y cuándo me levanto; aún a
en nuestra existencia y en la distancia me lees el pensamiento. Mis traji-
nuestra vida. Nos conocemos nes y descansos los conoces; todos mis caminos
hasta cierto punto,
pero el que mejor
M nos conoce es Pretender buscar a Dios fuera de nosotros
Dios. Sabiendo que Dios nos ha cre- es buscarnos a nosotros mismos con el
ado y por amor nos ha hecho a su egoísmo que idolatramos.
imagen y semejanza, nos conoce mu-
cho mejor que nosotros nos conoce-
mos a nosotros mismos. Conoce lo más profun- te son familiares. No me llega aún la palabra a
do de nuestro ser, desde nuestro corazón, nues- la lengua cuando tú, Señor, ya la sabes toda. Tu
tras emociones y nuestros pensamientos. Nos protección me envuelve por completo; me cu-
ama tanto más que nosotros nos amamos, nos bres con la palma de tu mano. Conocimiento
cuida y nos guía. tan maravilloso rebasa mi comprensión; tan su-
4 • LA VERDAD