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ponerla encima del celemín para que los demás  hacia  abajo  y  poco  hacia  arriba.  Estamos  lla-
         vean. Si yo ocultara mi fe Jesucristo no tendría  mados a vivir en plenitud y aquel que garanti-
         un punto de referencia. Guardemos este tesoro  za esta realidad de perfección que es Jesucris-
         de la fe y vigilemos, con la ayuda del Espíritu  to. A él hemos de acudir y pedirle con confian-
         Santo que habita en nosotros, y hagamos una  za: “Auméntanos la fe”. La fe de un cristiano es
         manifestación de la fe gozosa y entusiasta.   descubrir a Jesucristo, fiarse de él y acoger la
            La fe no es algo triste y apagado sino la luz  Buena Nueva. La fe es un don, una gracia. Na-
         que ilumina nuestras vidas y aporta el gozo de  die puede conquistarla ni comprarla, solamen-
         vivir  con  ilusión.  Vivamos  con  fe  y  con  amor  te se le puede pedir al Señor con sencillez y hu-
         cristiano de tal forma que convenza, que arras-  mildad. Es un regalo de Dios.
         tre y que lleve alivio a aquellos que nos rodean.  Todos buscamos milagros en nuestra vida:
         Creer no es una devoción más o menos piadosa  el milagro de la salud, el milagro del bienestar,
         sino una vida que aporta al ser humano lo úni-  el milagro de la fortuna, el milagro de las bue-
         co  novedoso  que  le  hace  exultar  de  alegría.  nas notas... Son deseos justos y buenos, pero
         Queridos peregrinos hagamos más espacio en  no suficientes porque el milagro fundamental
         nuestra vida a Dios, no cerremos la puerta al  es creer y quien cree tiene confianza en Dios y
         que viene siempre y nos llama, no le dejemos  en  su  providencia.  Sin  ella  nos  sentiríamos
         pasar  de  largo.  Quien  pretenda  marginar  a  huérfanos, angustiados, hundidos y hastiados.
         Dios, tenga cuenta, que poco a poco perderá su  Cuanto más leo a los santos más encuentro en
         propia identidad.                           ellos, a personas, que se han realizado, que han
            La luz de la fe hace posible que la sociedad  encontrado su verdadera identidad. El ejemplo
         encuentre su verdadera identidad. No son las  lo tenemos en San Francisco de Javier. Por eso
         promesas temporales las que colman el cora-  ellos nos enseñan que creer nada tiene que ver
         zón, del ser humano, son las promesas eternas  con la mediocridad. Muchos no hubieran llega-
         que Jesucristo nos ha traído las que hacen po-  do  a  la  meta  de  la  santidad  si  hubieran  sido
         sible que podamos exultar de alegría y de feli-  unos mediocres. La fe compromete, le fe enar-
         cidad siempre. Que sintamos lo que les dice, el  dece el corazón y la fe muestra la meta a la que
         Padre,  a  los  apóstoles  en  la  Transfiguración:  hay que llegar con entereza y entrega. ¡Señor
         “Éste  es  mi  Hijo,  el  Amado,  en  quien  me  he  tú tienes palabras de vida eterna!
         complacido: escuchadle” (Mt 17, 5). Conviene  Roguemos a la Virgen María y a San Fran-
         recuperar este sentido último, a la que nos in-  cisco de Javier que nos ayuden a vivir como cre-
         vita la misma esperanza. Vivimos en una época  yentes y que no nos dejemos arrastrar por ideo-
         en la que el pesimismo se ha convertido en lo  logías nocivas y perecederas sino por la Luz del
         normal y el motivo es porque miramos mucho  evangelio que trasciende hasta la eternidad. ❏


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