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LECTURAS








                 V DOMINGO                   fume y le enjugó los pies con su cabe-
                                             llera; el enfermo era su hermano Lá-
                                             zaro. Las hermanas le mandaron reca-
              DE CUARESMA                    do a Jesús diciendo: «Señor, el que tú
                                             amas está enfermo».
                                             Jesús, al oírlo, dijo: «Esta enfermedad
                                       ―
                                             no es para la muerte, sino que servirá
                                    CICLO A  para la gloria de Dios, para que el Hi-
                                             jo de Dios sea glorificado por ella».
                                             Jesús amaba a Marta, a su hermana y
                                             a Lázaro. Cuando se enteró de que es-
           Ezequiel 37, 12-14                taba enfermo se quedó todavía dos dí-
           Esto  dice  el  Señor  Dios:  «Yo  mismo  as donde estaba. Solo entonces dijo a
           abriré vuestros sepulcros, y os sacaré  sus discípulos: «Vamos otra vez a Ju-  “La
           de ellos, pueblo mío, y os llevaré a la  dea».                        resurrección
           tierra de Israel. Y cuando abra vues-  Los  discípulos  le  replicaron:  «Maes-  de Lázaro”,
           tros sepulcros y os saque de ellos, pue-                              obra del pintor
           blo mío, comprenderéis que soy el Se-                                 José de Ribera,
           ñor. Pondré mi espíritu en vosotros y                                 realizada en
           viviréis; os estableceré en vuestra tie-  Salmo 129, 1b-2. 3-4. 5-7ab. 7cd-8  1616.
           rra y comprenderéis que yo, el Señor,
           lo digo y lo hago -oráculo del Señor-».  /R. Del Señor viene la misericordia, la
                                             redención copiosa.
           San Pablo a los Romanos 8, 8-11
           Hermanos: Los que están en la carne  Desde lo hondo a ti grito, Señor;
           no pueden agradar a Dios. Pero vos-  Señor, escucha mi Voz;
           otros no estáis en la carne, sino en el  estén tus oídos atentos
           Espíritu, si es que el Espíritu de Dios  a la voz de mi súplica. R/
           habita en vosotros; en cambio, si al-
           guien no posee Espíritu de Cristo no  Si llevas cuenta de los delitos, Señor,
           es de Cristo. Pero si Cristo está en vos-  ¿quién podrá resistir?
           otros, el cuerpo está muerto por el pe-  Pero de ti procede el perdón,
           cado, pero el espíritu vive por la justi-  y así infundes temor. R/
           cia. Y si el Espíritu del que resucitó a
           Jesús de entre los muertos habita en  Mi alma espera en el Señor,
           vosotros, el que resucitó de entre los  espera en su palabra;
           muertos a Cristo Jesús también dará  mi alma aguarda al Señor,
           vida a vuestros cuerpos mortales, por  más que el centinela la aurora.
           el mismo Espíritu que habita en vos-  Aguarde Israel al Señor,
           otros.                            como el centinela la aurora. R/

           Evangelio según San Juan 11, 1-45  Porque del Señor viene la misericordia,
           En aquel tiempo, había caído enfermo  la redención copiosa;
           un cierto Lázaro, de Betania, la aldea  y él redimirá a Israel
           de María y de Marta, su hermana. Ma-  de todos sus delitos. R/
           ría era la que ungió al Señor con per-


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