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do el camino recto que seguir. Son la generosidad, la pureza, la tem- Los valores
como semillas que, bien sembradas, planza, la paciencia, la benevolencia pueden
cosecharán unos resultados fructífe- y la laboriosidad. Estas virtudes son ayudar a ser
ros. De ahí la importancia de educar los valores que no se marchitan mejores
en valores desde la niñez. puesto que son el aroma de la cari- personas.
Ahora bien, si bien esto es cierto, dad. Y la caridad trasciende hasta la
hay unos valores que no se marchi- eternidad.
tan puesto que proceden de la vida y Tanto los valores humanos como
las enseñanzas del gran Maestro que las virtudes cristianas pueden ayu-
es Jesucristo. El día que entramos a darse siempre y cuando dejemos que
formar parte de la Comunidad de Je- sea la fuerza de Dios quien lo sus-
sús, algo cambió en el corazón del tente. El voluntarismo, por los valo-
cristiano. Esta Comunidad, a la que res, tiene poco recorrido, más bien
se denomina Iglesia, debe estar en se marchita pronto. Sin embargo las
constante revisión o conversión: pa- virtudes forjan un espíritu que está
sar del hombre viejo al hombre nue- sustentado en el amor que procede
vo. Los principales aspectos del hom- del Amor de Dios. No hay mayor in-
bre viejo son: La soberbia, la avari- versión que vivir en el amor de Dios
cia, la lujuria, la gula, la ira, la envi- y hacer de la vida una experiencia
dia y la pereza. Son los siete pecados amorosa con las virtudes sin desde-
capitales. En cambio el hombre nue- ñar los valores, que tienen cierto
vo tiene siete virtudes: La humildad, sabor de virtudes. ❏
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