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LECTURAS








                     DOMINGO                 en  la  palabra  del  Señor:  nosotros,
                                             los  que  quedemos  hasta  la  venida
                                             del  Señor,  no  precederemos  a  los
                       XXXII DEL             que  hayan  muerto;  pues  el  mismo
                                             Señor, a la voz del arcángel y al son
                                             de  la  trompeta  divina,  descenderá
                          TIEMPO             del cielo, y los muertos en Cristo re-
                                             sucitarán en primer lugar; después
                  ORDINARIO                  nosotros,  los  que  vivamos,  los  que
                                             quedemos,  seremos  llevados  con
                                             ellos  entre  nubes  al  encuentro  del
                                       ―     Señor, por los aires. Y así estaremos
                                             siempre con el Señor.
                                    CICLO A
                                             Consolaos,  pues,  mutuamente  con
                                             estas palabras.


           Sabiduría 6, 12-16                Salmo 62, 2abc. 2d-4. 5-6. 7-8


           Radiante e inmarcesible es la sabi-  /R. Mi alma está sedienta de ti, Se-
           duría, la ven con facilidad los que la  ñor, Dios mío.
           aman  y  quienes  la  buscan  la  en-
           cuentran.  Se  adelanta  en  manifes-  Oh, Dios, tú eres mi Dios, por ti ma-
           tarse a los que la desean. Quien ma-  drugo,
           druga por ella no se cansa, pues la  mi alma está sedienta de ti;
           encuentra sentada a su puerta. Me-  mi carne tiene ansia de ti,
           ditar sobre ella es prudencia consu-  como  tierra  reseca,  agostada,  sin
           mada y el que vela por ella pronto  agua. /R
           se ve libre de preocupaciones. Pues                                  “Las vírgenes
           ella misma va de un lado a otro bus-  ¡Cómo te contemplaba en el santuario  necias y las
           cando a los que son dignos de ella;  viendo tu fuerza y tu gloria!   vírgenes
           los aborda benigna por los caminos  Tu gracia vale más que la vida,  prudentes”,
           y les sale al encuentro en cada pen-  te alabarán mis labios. /R     obra de Pieter
           samiento.                                                            Lisaert.
                                             Toda mi vida te bendeciré
                                             y alzaré las manos invocándote.
           Tesalonicenses 4, 13-18           Me  saciaré  como  de  enjundia  y  de
                                             manteca,
           No  queremos  que  ignoréis,  herma-  y mis labios te alabarán jubilosos. /R
           nos,  la  suerte  de  los  difuntos  para
           que  no  os  aflijáis  como  los  que  no  En el lecho me acuerdo de ti
           tienen  esperanza.  Pues  si  creemos  y velando medito en ti,
           que Jesús murió y resucitó, de igual  porque fuiste mi auxilio,
           modo Dios llevará con él, por medio  y a la sombra de tus alas canto con
           de Jesús, a los que han muerto.   júbilo. /R
           Esto es lo que os decimos apoyados


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