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EL ARZOBISPO RESPONDE






















             Tal vez se extrañe que                   l ser humano está llama-
                                                      do  para  amar  y  Dios  es
                 me dirija a Ud. y le                 amor. Con Dios no se jue-
                     diga que lo que                  ga porque siempre se sa-
                                                      le  perdiendo  a  pesar  de
            predican no sirve para                    que  nuestro  orgullo  y
                       nada ante una         E nuestra  soberbia  dicten
                     sociedad que ha         lo contrario. A Dios nadie le puede
                                             sustituir y el gran problema es que
              cambiado. No vale la           se quiere sustituir a Dios afirmando
              pena ser creyente, es          que no existe porque el ser humano
           mucho más importante              progre le ha dado el relevo y por lo
                                             tanto le ha sustituido. Son los cami-
                       asociarse a los       nos de la más engañosa falacia. Los
             criterios del progreso          argumentos inmanentes y sólo inma-
                                             nentes están abocados al fracaso de
               social y cultural que         una vida aturdida por el “sin senti-
             hoy se nos ofrece. Soy          do”. Los mismos psiquiatras afirman
                  ateo y le pregunto         que uno de los males que más daño
                                             hacen, y que son los más acuciantes  El gran
              ¿sirve para algo la fe         en nuestro tiempo, es “la falta y au-  problema es
                       que predican?         sencia del sentido trascendental”.   que se quiere
                                                Ya lo decía el profeta Malaquías:  sustituir a
                                             “Vuestros  discursos  son  arrogantes  Dios
                                             contra mí. Vosotros objetáis: ¿Cómo  afirmando
                                             es  que  hablamos  arrogantemente?  que no existe
                                             Porque decís: No vale la pena servir  porque el ser
                                             al Señor; ¿qué sacamos con guardar  humano
                                             sus  mandamientos?...  Ahora,  pues,  progre le ha
                                             nosotros  tendríamos  que  llamar  di-  sustituido.
                                             chosos a los arrogantes, incluso a los
                                             que prosperan practicando la impie-
                                             dad y a los que tientan a Dios” (Ml 3,
                                             13-15). No le voy a obligar para que
                                             Ud. crea en Dios puesto que es una
                                             decisión y respuesta personal que se
                                             da con inteligencia y como un regalo
                                             que Dios concede. No obstante yo le


           42 • LA VERDAD
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