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LITERATURA








                        LAMENTO DE


           PLEBERIO, EL PADRE



                          DE MELIBEA


                                             ―
                                SANTIAGO ARELLANO





                    elecciono  hoy  un  fragmento  del
                    acto  último.  Sus  estremecedoras
                    palabras ponen fin a la Tragedia.
                    Nos puede sorprender que Rojas
                    primero la llamara comedia y unos
                    años después de ampliarla y revi-
           S sarla  la  titulase  tragicomedia.
           ¿Por qué se resiste Rojas a darle el nombre
           que le pertenece? Comedia hace referencia al
           mundo real que refleja y le sirve de inspira-
           ción. La Celestina, inspirada en las comedias
           humanísticas es una tragedia que está basa-
           da en una realidad surgente, opuesta a la ne-  literatura del XX y del XXI. Recordad, aparte
           tamente medieval de los siglos XII y XIII.  de europeos, la novela de Baroja “El árbol de
              El lamento de Pleberio ha de conmover a  la ciencia”, en que el protagonista Andres ter-
           sus lectores de todos los tiempos. Es un padre  mina suicidándose, mientras su tío Iturrioz, al
           sin consuelo posible ante el cuerpo yacente y  verlo muerto, pronuncia la tremenda senten-
           “despedazado”  de  su  única  hija.  Es  verdad  cia de que Andrés era un precursor. Atar los
           que las normas y gustos de aquel momento, -  cabos sueltos es tarea del lector de una “obra
           las poéticas que prescribían el ideal de belle-  diví, si ocultase más lo humá” como sentenció
           za- se alejan de nuestras preferencias. Las ci-  Cervantes.
           tas de “famosos poetas y oradores”, por muy  Algunos estudiosos hacen hincapié en re-
           aleccionadoras que resulten, nos llegan a pro-  saltar  que  Fernándo  de  Rojas  es  un  prece-
           ducir hastío y quitan, por su exceso de erudi-  dente del escepticismo o incluso del agnosti-
           ción, fuerza dramática al dolor de cualquier  cismo de nuestros días. Yo disiento. Agnóstico
           padre en tales circunstancias. Pero si segui-  y  escéptico  es  Pleberio,  pero  no  necesaria-
           mos  el  hilo  del  sufrimiento,  el  auto  resulta  mente el autor. Fernándo de Rojas mueve los
           portentoso.                             hilos de su creación pero tiene muy en cuen-
              De él yo os he elegido un aspecto para mí  ta a los que van a leer su obra, a los lectores.
           central en la obra, su visión amarga del amor,  Pleberio echa la culpa a una concepción del
           pero mucho más por el sinsentido de la vida.  amor como dios que rige los hilos de los ena-
           La vida como absurdo es una idea clave de la  morados sin orden ni concierto y al mundo,


           30 • LA VERDAD
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