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cación continua, su amistad con los grandes pe-
cadores, su autoridad y prestigio extraordina-
rios, hizo revivir la fe y la moral de gobernantes,
comerciantes y soldados portugueses.
Llegó al Japón tras peripecias incontables. Los
japoneses no se convertirán tan pronto como los
paravas o los macuas. Pero, una vez convencidos
de la Verdad, la seguirán sin vacilar, profesarán
un cristianismo auténtico y hasta se convertirán
en magníficos propagandistas del Evangelio. Dos instruyó y confirmó a los ya bautizados. Los para-
años pasó Javier evangelizando en Japón, que ha- vas recibieron el bautismo en grandes multitudes
bía partido a las misiones a los 35 años, con la en- y Javier informaba a sus hermanos de Europa
trega que le hizo el rey de Portugal, de un breve que, algunas veces, tenía los brazos tan fatigados
del el Papa, por el que le nombraba nuncio apos- por administrar el bautismo, que apenas podía
tólico en el Oriente. No quiso Javier llevar consi- moverlos. Los generosos paravas, que eran consi-
go a ningún criado, pues "la mejor manera de al- derados de casta baja, extendieron a San Fran-
canzar la verdadera dignidad es lavar los propios cisco Javier una acogida calurosa, pero los brah-
vestidos sin que nadie lo sepa". La expedición na- manes, de clase alta, le recibieron con gran frial-
vegó meses para alcanzar el Cabo de Buena Es- dad, y al cabo de doce meses, sólo había conver-
peranza y llegar a la isla de Mozambique, donde tido a un brahmán. Dios le concedió maravillosas
se detuvo durante el invierno. consolaciones interiores. Decía Javier: “Señor no
Goa era colonia portuguesa desde 1510. Ha- me des tantos consuelos en esta vida; pero, si tu
bía ahí un número considerable de cristianos, misericordia ha decidido dármelos, llévame en-
con obispo, clero y varias iglesias. Después de tonces todo entero a gozar plenamente de Ti”.
pasar la mañana en asistir y consolar a los en-
fermos y a los presos, en hospitales y prisiones MUERE FRENTE A CHINA
miserables, recorría las calles tocando una cam-
panita para llamar a los niños y a los esclavos al Sanchón es una pequeña isla. Aunque hoy sus
catecismo. Para instruir a los pequeños y a los habitantes pasan de 10.000, en tiempos del San-
ignorantes, el santo solía adaptar las verdades to estaba deshabitada. Es un islote árido y poco
del cristianismo a la música popular, un método hospitalario que se había convertido en lugar de
que tuvo tal éxito que, después, se cantaban las reuniones secretas de mercaderes portugueses
canciones que él había compuesto, en las calles y traficantes chinos para sus transacciones co-
y en las casa, en los campos y en los talleres. merciales. Distaba sólo 10 km. de las costas de
China. El 21 de noviembre, el santo se vio ata-
MISIONERO CON LOS PARAVAS cado por una fiebre y se refugió en el navío. Pe-
ro el movimiento del mar le hizo daño, de suerte
En las costas de la Pesquería, frente a Ceilán ha- que al día siguiente pidió que le trasportasen de
bitaba la tribu de los paravas, que habían acepta- nuevo a tierra. En el navío predominaban los
do el bautismo para obtener la protección de los hombres de Don Álvaro de Ataide, los cuales, te-
portugueses contra los árabes y otros enemigos; miendo ofender a éste, dejaron a Javier en la pla-
pero, por falta de instrucción, conservaban las su- ya, expuesto al terrible viento del norte. Un com-
persticiones del paganismo y practicaban sus pasivo comerciante portugués le condujo a su
errores. Javier fue a esa tribu que "sólo sabía que cabaña, tan maltrecha, que el viento se colaba
era cristiana y nada más". Hizo trece veces aquel por las rendijas. Ahí estuvo Francisco Javier,
viaje tan peligroso, aprendió el idioma nativo e consumido por la fiebre. Sus amigos le hicieron
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