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algunas sangrías, sin éxito alguno. Entre los es-
         pasmos  del  delirio,  el  santo  oraba  constante-  Los paravas recibieron el bautismo
         mente. Poco a poco, se fue debilitando. El sába-  en grandes multitudes y Javier a
         do 3 de diciembre, según escribió Antonio, "vien-  veces tenía los brazos tan fatigados
         do que estaba moribundo, le puse en la mano un  por administrar el bautismo, que
         cirio encendido. Poco después, entregó el alma a  apenas podía moverlos
         su creador y Señor con gran paz y reposo, pro-
         nunciando el nombre de Jesús".
            Tenía cuarenta y seis años y había pasado on-  de y un alma tan noble no pueden contentarse
         ce en el oriente. Fue sepultado el domingo por la  con los efímeros honores terrenos. Tu ambición
         tarde. Al entierro asistieron Antonio, un portu-  debe ser la gloria que dura eternamente".
         gués y dos esclavos. Anhelando disponer de bar-  Fue uno de los siete primeros seguidores de
         co que le trasladara a China, Javier había viaja-  San Ignacio, fundador de la Compañía de Jesús,
         do hasta Sanchón, donde se estableció a la es-  consagrándose al servicio de Dios en Montmatre,
         pera de poder llegar a China.               en 1534. Hicieron voto de absoluta pobreza, y re-
                                                     solvieron ir a Tierra Santa para comenzar desde
         SE CUMPLIÓ EL EMPEÑO DE IÑIGO               allí su obra misionera, poniéndose a la total dis-
                                                     posición del Papa. Recibió la ordenación sacer-
         Era  la  esperanza  de  Ignacio  de  Loyola,  como  dotal en Venecia y compartió las vicisitudes de la
         canta Pemán en el “Divino impaciente”. En efec-  naciente Compañía. Colaboró con Ignacio en la
         to, Javier era un hombre de gran corazón, capaz  redacción de las Constituciones de la Compañía
         de responder a la llamada de Jesucristo e ir a  de Jesús. Será amado por Ignacio y él le devolve-
         evangelizar hasta los confines de la tierra y con-  rá amor. Veámoslo: Estaba en Cochín el 29 de
         vertirse en el gigante de la propagación de la fe,  enero de 1552. Francisco Javier tenía cuarenta y
         a quien el Papa Pío XI nombró patrono de las mi-  seis años, acababa de volver de su aventura en
         siones "Señor, tú has querido que varias nacio-  Japón y está escribiendo al Padre de su alma Ig-
         nes llegaran al conocimiento de la verdadera re-  nacio de Loyola: "Verdadero Padre mío: una car-
         ligión por medio de la predicación de San Fran-  ta de vuestra santa caridad recibí en Malaca ago-
         cisco Javier", que había nacido en 1506, en el  ra cuando venía de Japón; y en saber nuevas de
         castillo de Javier en Navarra, cerca de Pamplo-  tan deseada salud y vida, Dios sabe cuán conso-
         na, España, el que a los dieciocho años fue a es-  lada fue mi alma; y entre todas muchas santas
         tudiar a la Universidad de París, donde en 1528  palabras y consolaciones de su par te, leí las últi-
         obtuvo el grado de licenciado; que residió en el  mas que decían: "Todo vuestro sin poderme olvi-
         colegio de Santa Bárbara, tuvo como compañe-  dar en tiempo alguno. Ignacio"; las cuales así co-
         ro de la pensión a Pedro Fabro, que le llevó a co-  mo  con  lágrimas  leí,  con  lágrimas  las  escribo,
         nocer a Ignacio de Loyola, bastante mayor que  acordándome  del  tiempo  pasado,  del  muchos
         sus compañeros, cuya influencia rehusó, que le  amor que siempre me tuvo y tiene..." Corazón de
         repetía la frase del evangelio: "¿De qué le sirve  Javier, corazón tierno para la amistad, fiel y deli-
         a un hombre ganar el mundo entero, si pierde su  cado, sensible, impresionable. Tal el hombre, el
         alma?". Este pensamiento le parecía fastidioso y  navarro ardoroso a quien las fatigas sin cuento
         contrario a sus aspiraciones, pero poco a poco  afinaron su afectividad. Hombre pronto al amor,
         fue calando e interpelando su orgullo y vanidad.  a la ilusión, al entusiasmo, a la gratitud también,
         Por fin San Ignacio logró que Francisco hiciera  al cariño. Hombre por ello fácil a las depresiones
         los "Ejercicios Espirituales", guiado por Ignacio  y tristezas. San Francisco Javier fue canonizado
         y quedó transformado por la gracia. Comprendió  en 1622, junto con Ignacio de Loyola, Teresa de
         las palabras que Ignacio: "Un corazón tan gran-  Ávila, Felipe Neri e Isidro Labrador. ❏


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