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FAMILIA
EL FUTURO
DE LA IGLESIA
ro profética, que escribió el entonces Profesor
―
Ratzinger hace 54 años con el título “El futu-
ROBERT KIMBALL ro de la Iglesia”. Sus palabras tienen la misma
vigencia ahora que como cuando fueron escri-
tas en 1969.
En su escrito, el futuro Papa Benedicto XVI
s de agradecer el amplio reportaje anticipó el abandono de la práctica religiosa
sobre el Papa Benedicto XVI que por parte de muchos cristianos, con el gran
nuestro Semanario “La Verdad” descenso en la asistencia de los fieles a las mi-
ofreció a toda la Iglesia Diocesana sas dominicales. A este respecto, el entonces
en un número reciente. Dichas in- Prof. Ratzinger afirmó lo siguiente: “La Iglesia
formaciones han prestado un gran del mañana será pequeña, y en gran medida
E servicio, acercándonos a la perso- tendrá que comenzar desde el principio. Ya no
na y a las valiosas enseñanzas del Papa emé- podrá llenar muchos edificios construidos en
rito con motivo de su muerte. Entre sus nu- tiempos de esplendor. Se presentará sobre to-
merosas obras, figuran tres encíclicas (“Deus do como una comunidad a la cual se ingresa
caritas est”, “Spe salvi” y “Caritas en verita- solo por una decisión voluntaria. Como comu-
te”) y un libro de obligada lectura para todo nidad pequeña exigirá mucho más la iniciativa
cristiano “Introducción al cristianismo”, que de sus miembros”. Sin embargo, frente a este
me ha impactado mucho. Como parte de este panorama algo desalentador, el futuro Papa
gran legado, tan profundo e importante, de Benedicto XVI hizo una reflexión de esperan-
carácter teológico, filosófico y humanista, que za para el futuro: “Será una Iglesia de una es-
nos ha transmitido el Papa Benedicto XVI, qui- piritualidad más profunda. Descubrirán (las
siera referirme a una reflexión muy corta pe- personas que se han apartado de Dios) la pe-
queña comunidad de creyentes como algo
completamente nuevo, como una esperanza,
como una respuesta que en lo oculto siempre
estaban buscando”.
Todos los cristianos hemos de impulsar la
nueva evangelización, con el fin de llevar de
vuelta a la práctica religiosa a las personas
alejadas de la fe y animarles a que se convier-
tan en miembros activos de la Iglesia. En con-
sonancia con lo que apuntó el Prof. Ratzinger,
no debemos añorar los tiempos pasados, sino
tener la suficiente fe en la gracia de Dios pa-
ra afrontar los nuevos retos. Las familias cris-
tianas podemos participar en esta nueva eta-
pa de la evangelización mediante nuestras pa-
labras y obras, devolviendo la esperanza a
quienes la han perdido. ❏
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