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FAMILIA
EL “INVIERNO
DEMOGRÁFICO” SE
cido nacimientos en los municipios. Los moti-
RECRUDECE vos, según han expresado los medios de comu-
nicación en sus crónicas, son varios: la subida
― de los precios que está haciendo estragos en to-
das las economías y que hace que tener un hijo
ROBERT KIMBALL
se convierta en muchos casos en un lujo; los
problemas de conciliación de la vida laboral y
familiar que no terminan de solucionarse o qui-
zás porque no se ha empezado a tratar una vez;
la falta de vivienda, los empleos inestables, etc.
as cifras sobre los datos de la nata- La deriva demográfica en muchos países
lidad son realmente preocupantes. desarrollados no parece preocupar a la clase
El número de fallecimientos supera política, que están preocupados y ocupados en
el número de nacimientos. Las ten- otros temas. Este problema no entra dentro de
dencias demográficas nos alertan su agenda ni de sus prioridades. Se están to-
que en pocos años sufriremos serios mando medidas populistas para calmar con-
L problemas si no tomamos medidas, ciencias, pero poco eficaces pues no impulsan
como el aumento de la soledad o las graves la natalidad. Hay muchas medidas como redu-
consecuencias económicas que conlleva el “in- cir la presión fiscal de las familias, que se faci-
vierno demográfico”. Nos vemos obligados a lite el acceso a la vivienda. No existe una ver-
preguntarnos: ¿Quién pagará las pensiones y la dadera política familiar y laboral; los pocos es-
sanidad? Ya ha comenzado la vuelta al colegio fuerzos que se hacen en este sentido raramen-
2023 y en muchos de los colegios se han tenido te tienen éxito. Y aún falta concienciación por
que reducir las “líneas” y agrupar cursos por- parte de las empresas, que tampoco ofrecen
que hay años en los que apenas se han produ- ayudas en este sentido. La familia tiene que es-
tar en el centro de las políticas públicas, por-
que nos jugamos nuestro futuro.
Frente a la postura anti-natalidad, nos in-
cumbe a los padres cristianos dar un testimo-
nio convincente de los muchos frutos que nos
han proporcionado la paternidad y maternidad.
Conviene comunicar a los hijos la gran felicidad
que nos han aportado y transmitirles en todo
momento nuestro amor y dar gracias a Dios por
ellos. Podemos advertir a las nuevas generacio-
nes de lo mucho que pierden por renunciar a la
paternidad o la maternidad. Finalmente, hemos
de preparar a nuestros hijos para que asuman
con gran disponibilidad y generosidad la gran
vocación que Dios les ha asignado de ser
padres y madres. ❏
LA VERDAD • 39