Page 33 - Laverdad_4348
P. 33

diera la dimisión del papa Grego-  Enrique IV y
                                         rio VII y que éste replicara con la  el antipapa
                                         destitución y excomunión del em-  Clemente III
                                         perador (1076). El emperador no  expulsan de
                                         logró controlar a los obispos ale-  Roma al papa
                                         manes y estalló una revuelta que  Gregorio VII.
                                         proclamó  otro  emperador.  Enri-
                                         que IV tuvo que presentarse ante
                                         el papa y hacer penitencia tres dí-
                                         as delante de la fortaleza de Ca-
                                         nossa, donde la condesa Matilde
                                         de Toscana había acogido al papa
                                         (enero de 1077). Gregorio VII per-
                                         donó al emperador.
                                           Pero, cuando el emperador con-
                                         troló  la  situación  en  Alemania
                                         (10809, volvió a enfrentarse con el
                                         papa. En una reunión de obispos en
                                         Bresanone el emperador depuso al
                                         papa  y  nombró  un  antipapa,  Cle-
        nombraba  cerca  de  40  obispos,  mente III (junio de 1080). El empe-
        que asumían funciones religiosas  rador no paró hasta apoderarse de
        y también de gobierno civil, de tal  Roma y obligar a Gregorio VII a exi-
        forma  que  se  convertían  en  un  liarse en Salermo, en el sur de Ita-
        puntal básico de la autoridad im-  lia, protegido por el rey normando
        perial frente a las veleidades de la  Roberto Guiscardo. Allí murió Gre-
        alta  nobleza.  Por  eso  el  empera-  gorio  VII  (1085),  aparentemente
        dor se empeñaba en nombrarlos e  derrotado, pero la fuerza de la Re-
        investirlos formalmente mediante  forma Gregoriana y la acogida que
        la entrega de símbolos de su po-  obtuvo en muchos eclesiásticos la
        der (investidura laica). La disputa  hizo  triunfar  varias  décadas  más
        por el arzobispado de Milán hizo  tarde. Siglos después Gregorio VII
        que el emperador Enrique IV pi-  fue canonizado (1726). ❏


                                                                                    LA VERDAD • 33
   28   29   30   31   32   33   34   35   36   37   38