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EL ARZOBISPO RESPONDE






























                 Don Francisco, mis                   sto  sucede  en  varios  pa-
                                                      dres  que  no  son  creyen-
                       padres no son                  tes  y,  como  tú,  hay  mu-
                      creyentes y me                  chos  hijos  que  profesan
                                                      una fe sincera. Lo prime-
            respetan a mí que creo
                                                      ro que debes hacer es re-
                 en el Señor y en la         E zar  por  ellos  ante  el  Se-
            Iglesia. Todo surgió en          ñor y les debes amar con toda tu al-
                                             ma. La fe es un don que nos viene da-
              un retiro que nos dio          da y regalada por Dios. Y cuando nos
               un sacerdote en una           encontramos con personas que afir-  El testimonio
           Casa de Ejercicios. ¡Me           man  que  no  creen  en  Dios  y  en  la  es la mejor
                                             Iglesia, hemos de rogar a Dios que  argumentació
           impresionó tanto!... los          les regale este gran don de la fe, es-  n que se
              ratos de oración y las         peranza  y  caridad.  Por  otra  part,  puede dar y
                                             cuando te venga bien –es importan-  siempre
             meditaciones… nunca
                                             te- narrarles la experiencia de fe que  narrada con
           lo olvidaré. ¿Qué puedo           tú tienes. El testimonio es la mejor  humildad y
                hacer para que mis           argumentación  que  se  puede  dar  y  sencillez.
                                             siempre narrada con humildad y sen-
                  padres tengan fe?          cillez. Tenemos a San Agustín que se
                                             convirtió por los rezos de su madre
                                             Mónica y porque un día oyó el testi-
                                             monio  de  unos  jóvenes  cristianos  y
                                             esto le movió el corazón y sintió que
                                             el Señor le invitaba a leer la Santa
                                             Biblia.
                                                Si  tienes  oportunidad  lee  “Las
                                             Confesiones” de San Agustín que en-
                                             contrarás en cualquier Librería Reli-
                                             giosa. Como decís los jóvenes: “¡Es
                                             una  pasada!”  Encontrarás  muchos
                                             argumentos de fe para después sa-


           42 • LA VERDAD
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