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recibir el primer anuncio y de-  nosotros, con su predicación,  mencionar a mis catequistas.
         sear crecer en la vida cristia-  sus  milagros  y,  sobre  todo,  Había  una  monja  que  dirigía
         na  con  el  mismo  dinamismo  con su muerte y resurrección.  el grupo de catequistas; a ve-
         que permite la catequesis. El  El amor de Cristo permanece  ces enseñaba ella, a veces dos
         nuevo «Directorio para la ca-  como  el  verdadero  y  único  buenas señoras, ambas llama-
         tequesis», que se os ha entre-  mandamiento de la vida nue-  das Alicia, siempre las recuer-
         gado en los últimos meses, os  va,  que  el  cristiano,  con  la  do. Y esta monja puso los ci-
         será  muy  útil  para  entender  ayuda del Espíritu Santo, ha-  mientos de mi vida cristiana,
         cómo seguir este itinerario y  ce suyo día a día en un cami-  preparándome para la Prime-
         cómo renovar la catequesis en  no que no conoce el descanso.  ra  Comunión.  El  Señor  tam-
         las diócesis y parroquias.      queridos catequistas y ca-  bién  me  dio  una  gracia  muy
            No  olvidemos  nunca  que  tequizandos,  estáis  llama-  grande.  Ella  era  muy  mayor,
         la finalidad de la cateque-  dos a hacer visible y tangi-  yo era estudiante, estaba es-
         sis, que es una etapa privile-  ble la persona de Jesucris-  tudiando fuera, en Alemania,
         giada de la evangelización, es  to, que ama a cada uno de  y  cuando  terminé  mis  estu-
         llegar al encuentro con Je-  vosotros y por eso se con-   dios volví a Argentina, y al día
         sucristo y dejar que crezca  vierte en la regla de nues-  siguiente  ella  murió.  Pude
         en nosotros. Y aquí entramos  tra vida y en el criterio de  acompañarla ese día. Y cuan-
         directamente en lo específico  nuestras acciones morales.  do estaba allí, rezando ante su
         de  este  su  tercer  Encuentro  Nunca te alejes de esta fuente  féretro,  agradecí  al  Señor  el
         Internacional,  que  consideró  de amor, pues es la condición  testimonio de esta monja que
         la tercera parte del Catecismo  para ser feliz y estar lleno de  había pasado su vida casi ex-
         de la Iglesia Católica. Hay un  alegría siempre y a pesar de  clusivamente  haciendo  cate-
         pasaje del Catecismo que me  todo.  Esta  es  la  nueva  vida  quesis, preparando a niños y
         parece  importante  entregar-  que ha brotado en nosotros el  jóvenes  para  la  Primera  Co-
         les en relación a que son «Tes-  día del Bautismo y que tene-  munión.  Se  llamaba  Dolores.
         tigos de la nueva vida». Dice:  mos  la  responsabilidad  de  Me permito esto para dar tes-
         «Cuando creemos en Jesucris-  compartir con todos, para que  timonio  de  que  cuando  hay
         to, comulgamos en sus miste-  crezca en cada uno y dé fruto.  un  buen  catequista,  deja
         rios y guardamos sus manda-     Estoy  seguro  de  que  este  una huella; no sólo la hue-
         mientos,  el  Salvador  mismo  viaje llevará a muchos de vos-  lla de lo que siembra, sino
         viene a amar en nosotros a su  otros a descubrir plenamente  la huella de la persona que
         Padre  y  a  sus  hermanos,  a  la vocación de ser catequista  ha  sembrado. Te deseo que
         nuestro  Padre  y  a  nuestros  y, por tanto, a solicitar el mi-  tus hijos, tus adultos, los que
         hermanos. Su Persona se con-  nisterio de catequista. He ins-  acompañas  en  la  catequesis,
         vierte,  por  el  Espíritu,  en  la  tituido este ministerio sabien-  te recuerden siempre ante el
         regla viva e interior de nues-  do  el  gran  papel  que  puede  Señor como una persona que
         tra conducta» (nº 2074).     desempeñar en la comunidad   sembró cosas buenas y bellas
            Comprendemos  por  qué    cristiana. No tengas miedo: si  en sus corazones.
         Jesús nos dijo que su manda-  el Señor te llama a este minis-  Os acompaño a todos con
         miento  es  éste:  Amaos  los  terio,  síguelo.  Seréis  partíci-  mi bendición. Os encomiendo
         unos  a  los  otros  como  yo  he  pes de la misma misión de Je-  a  la  intercesión  de  la  Virgen
         amado (cf. Jn 15,12). El verda-  sús de anunciar su Evangelio  María  y  de  los  catequistas
         dero amor es el que viene de  y de introduciros en una rela-  mártires: son muchos -es im-
         Dios y que Jesús reveló con el  ción filial con Dios Padre.  portante- incluso en nuestros
         misterio de su presencia entre  Y no quisiera terminar sin  tiempos, ¡son muchos! ❏


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