Page 38 - Laverdad_4282
P. 38
LITURGIA
SEGUNDA
OPORTUNIDAD
―
ALFREDO LÓPEZ VALLEJOS
n la historia del apóstol Pedro, en el
último capítulo del evangelista san
Juan, a orillas del lago Tiberíades y
poco antes de su despedida definiti-
va antes de la ascensión, siempre
llama la atención la escena del diá- (Mt.26,69-74; Mc.14,66-71; Lc.22,54-60). Tri-
E logo confidencial entre Maestro y ple también interpelación en clave descenden-
discípulo, por la reiterada insistencia de Jesús te por parte de Jesús, para repararlo todo.
por conocer el nivel auténtico de su relación Bien merecía el apóstol esta nueva oportu-
con él: "¿me amas más que estos?", "¿me nidad. Pedro seguía siendo el apóstol apasiona-
amas?", "¿Me quieres?". Y sorprende particu- do que se lanzó a las aguas encrespadas del la-
larmente la tristeza de Pedro y sobre todo la go de Galilea, cuando Juan le asegura que
sinceridad en su idéntica y reducida respuesta: aquel supuesto fantasma que se les presenta
"Señor, tú sabes que te quiero", ante los tres delante "es el Señor" (Mt.14,22-33). El mismo y
cuestionamientos que el Maestro le plantea. único en reconocer, cuando Jesús pregunta so-
Tristeza bien justificada porque le hace perfec- bre su identidad: "Tú eres el Cristo" (Mc.8,27-
tamente consciente de que Jesús ha limitado 29). Es el mismo que había pregonado en un
sustancialmente sus expectativas. Todos sabe- momento de desaliento y abandono colectivo:
mos apreciar la discrepancia abismal que exis- "Señor, ¿a dónde vamos a acudir? Solo tú tienes
te entre "amar" (referido a personas en exclu- palabras de vida eterna" (Jn.6,66-68). Así era el
siva) y "querer" (donde podemos incluir cosas, verdadero Pedro, el vehemente e impetuoso
situaciones, mascotas, naturaleza y tantas apóstol de la primera hora en el seguimiento
otras realidades vitales). La escena la encon- del Maestro, el mismo hombre débil, desolado
tramos solo en el Evangelio de Juan (21, 15-17). y asustadizo ante una circunstancia compro-
Era el momento apropiado para una segun- metida. Merecía ese gesto de Jesús que le per-
da oportunidad, para rehacer una relación per- mitía recomponer su vida y la historia en su se-
sonal privilegiada, una historia de auténtico guimiento.
amor largamente manifestada y desafortunada- Oportunidad que ciertamente merecía Pe-
mente desmentida pocas semanas antes, en el dro como seguramente la mereceremos tam-
suceso del prendimiento del Maestro y comien- bién cada uno de nosotros, pobres hombres,
zo de su pasión. Tres negaciones, triple des- débiles tantas veces, frágiles, inconstantes y
mentidos de Pedro en escala progresiva: "No sé cobardes otras, pero que nos sentimos recon-
de qué me hablas", "yo no conozco a ese hom- fortados con la llamada del Señor y afianzados
bre", "entonces se puso a echar imprecaciones en el poder de su gracia, de su perdón y de su
y a jurar que no conocía a ese hombre" misericordia. ❏
38 • LA VERDAD