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OBITUARIO









           guel Arcángel, san Juan Bautista, santas Nunilo y  canto impulsado por don José Luis y seguido con
           Alodia, san Eloy, san Adrián, santo Tomás, san Bri-  gusto y de forma masiva y apasionada por los pa-
           cio y otras ermitas con advocaciones marianas co-  rroquianos  a  los  que  transmitía  e  insuflaba  su
           mo Nuestra Señora de la (Peña) Blanca, tan que-  gusto y querencia por la oración cantada. Se ha-
           rida en Larraona, y la Virgen de la Misericordia  cían, incluso, grabaciones particulares y después
           en San Martín. Y esto sin considerar numerosas  se difundían por la zona. En los últimos años fa-
           ermitas que existieron en el valle pero que ya no  cilitó e impulsó en la iglesia de Larraona la for-
           se conservan. Y no quedan lejos los ejemplos y  mación  de  una  coral,  compuesta  por  diversas
           protección de otros santos de Améscoa Baja como  personas de la localidad y sabiamente dirigida y
           San Andrés y San Antonio Abad de Zudaire, San  acompañada con acordeones por los hermanos
           Bartolomé de Gollano y San Millán y San Cristó-  Susana y Arturo Sáez de Jáuregui que disponen
           bal de Baríndano aunque don José Luis no tuviera  de formación musical. Sus hijos, Julen y Mikel, si-
           la responsabilidad directa de sus parroquias.  guen su estela especializados en saxofón. Otras
              Es  preciso  reseñar  la  fina  ironía  que,  como  corales de feligreses, a las que se unían los pa-
           buen amescoano, le caracterizaba y su socarro-  rroquianos asistentes amenizaban los oficios reli-
           nería  amable  que  derramaba  con  frecuencia  y  giosos en las demás poblaciones, en Eulate o Ara-
           que nunca hería. Solía contar, de vez en cuando,  narache, por ejemplo.
           algunas anécdotas que había vivido durante su  Tras llamarle el Señor a su seno, después de
           curato. Recordamos haberle escuchado una refe-  una vida plena entregada a los demás, contem-
           rida a su llegada a la parroquia de Eulate a prin-  plamos por última vez en el Tanatorio Irache-San
           cipios de 1964, año en el que también comenzó a  Agustín de Estella su cuerpo yacente entre flores,
           ejercer de párroco en Larraona; posteriormente,  su rostro sonriente, sereno, apacible y su halo de
           sabido es, se ocupó, además, de las parroquias de  bondad. Améscoa entera se volcó en el funeral de
           Aranarache,  Ecala  y  San  Martín.  Se  fundió  la  despedida en la iglesia de Eulate, presidido por
           bombilla del pórtico de la iglesia; para sustituirla  Miguel Larrambebere, Vicario General de Pasto-
           alzó presto una larga escalera con el objeto de ac-  ral de la diócesis, y concelebrado por numerosos
           ceder a ella y cuando ya estaba arriba vestido con  sacerdotes, entre ellos algunos de Eulate como
           su sotana oía, gozoso, cómo los niños monagui-  los hermanos Félix y Alfonso García de Eulate y
           llos, arremolinados al pie de la escalera, entre su-  José  Manuel  García  de  Eulate,  y  por  supuesto
           surros, decían "pues no se le ven las piernas des-  Germán Martínez, el párroco administrador que
           nudas ni los calzoncillos, lleva pantalones bajo las  le sustituyó en Améscoa tras su retiro a la resi-
           faldas de la sotana". Podemos imaginar con qué  dencia. Su cuerpo recibió sepultura en el peque-
           sonrisa escucharía don José Luis estos comenta-  ño y recogido cementerio de San Martín, cobijado
           rios de sus monaguillos. Entre sus aficiones de-  por la inmensidad de las aldayas, las sierras de Li-
           portivas y de solaz destacan, entre otras, su gus-  mitaciones y Urbasa, el monte de Lóquiz y el cie-
           to por la caza, el haber sido un excelente pelotari  lo azul amescoano, contemplando, desde la quie-
           y el haber sobresalido como buen jugador de mus,  tud y el sosiego eternos, los pueblos y tierras que
           actividades todas ellas arraigadas en Améscoa.  tanto amó.
              También  queremos  señalar  su  gusto  por  el  Se nos ha ido don José Luis y ya está gozando
           canto; tenía buena voz, era una delicia escuchar-  del Señor en el Eterno Edén. Mantengamos en la
           lo y compartir con él los cánticos en las celebra-  memoria y en nuestro comportamiento su ejem-
           ciones religiosas. Cánticos que nos enseñaba con  plo y su modelo de vida cristiana y recordémoslo
           ilusión y paciencia y que practicábamos con en-  con cariño, pues realmente solo se muere cuando
           tusiasmo. En su tiempo fue famosillo, al menos a  se olvida. Acompañamos en el dolor a su familia.
           nivel local-comarcal, el canto del Viacrucis en Se-  Descanse  en  paz.  (Jesús  María  Díaz  Gómez,
           mana Santa en las iglesias de Larraona y Eulate,  Larraona). ❏


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