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Un ejemplo de madre


                                                       Me  han  llegado  noticias  de  un  hecho
         que  caminamos  en  la  confianza  de  sabernos
                                                       conmovedor.  El  tema  es  bastante  co-
         parte de un plan de amor —«varón y mujer los
                                                       mentado, pero hoy lo he visto con mis
         creó» (Gen 1,27), «sed fecundos y multiplicaos
                                                       propios ojos. Una mujer tubo un emba-
         llenad la tierra» (Gen 1,28)—, por el que el Hijo  razo hace poco calificado de inviable.
         de Dios ha dado la vida, y, resucitado de entre  En la semana veinte, el feto se quedó
         los muertos, nos convoca a ser un pueblo y a ser  sin líquido amniótico, lo que significa-
         peregrinos de esperanza hacia el banquete de  ba que se le había colapsado el riñón e
         las bodas del Cordero. Esta confianza nos lleva  hígado. En la ecografía que le hicieron
         a comprometernos en la transformación de este  también aparecía que tenía redistribu-
         mundo al cual Dios ama tanto.                 ción de flujos, lo que significaba que la
            En primer lugar, conscientes de la magnitud  sangre del feto solo le iba al cerebro y
         del desafío, debemos promover la oración por la  no al resto de órganos. El hijo era to-
         defensa de la vida humana.                    talmente  inviable  porque  además  te-
            En segundo lugar, con el testimonio perso-  nía una hemorragia cerebral. Además,
         nal. “En tiempos de desvinculación e invierno  a  causa  de  este  embarazo,  la  madre
         demográfico, el evangelio de la familia ha de ser  sufría preeclampsia y corría riesgo de
         anunciado por esposos y padres que con humil-  morirse.  Le  hablaron  cinco  médicos
         dad y decisión testimonien que la familia funda-  ofreciéndole el aborto y diciéndole que
         da en el amor recibido y compartido, el signifi-  era  absurdo  continuar  porque  era  jo-
         cado esponsal de la diferencia sexual, la lealtad  ven, ya tenía tres hijos y podía morir,
         a la alianza establecida, la apertura y el cuida-  además  de  que  más  adelante  podría
         do de la vida son fuente de alegría personal y  tener más descendencia. La madre tu-
         generadora de una inmensa fecundidad social”.  vo momentos duros y muy difíciles, pe-
         Cada fiel cristiano está llamado a dar este testi-  ro junto a su marido decidieron conti-
         monio del amor verdadero con palabras y con   nuar pasase lo que pasase. Lo siguien-
         obras.                                        te que le dijeron es que lo más proba-
            En tercer lugar, “es importante el compro-  ble es que el hijo muriese en la sema-
         miso público, propio de la identidad y espiritua-  na veinticuatro. Tenía que ponerse to-
         lidad laical, ante los grandes desafíos provoca-  dos los días una inyección en la tripa.
         dos por las leyes referidas a la vida, persona y  Continuó  el  embarazo  y  le  añadieron
         la familia en diversas dimensiones. Pero es im-  que, si su hijo nacía con vida, debería
         prescindible acompañar esa acción pública con  ser  operado  inmediatamente  en  Bar-
         compromisos  a  favor  de  las  personas  directa-  celona y lo más probable es que ten-
         mente  afectadas,  como  por  las  embarazadas  dría  parálisis  cerebral  y  sería  ciego  y
         que tenemos más cercanas o los que sufren al-  sordo. Me imagino los lloros de la ma-
         rededor nuestro. Hemos de conjugar la acción  dre. Al final nació prematuramente con
         institucional contra leyes injustas con la acogi-  un kilo de peso y llorando como todos
         da de cada persona y la afirmación de su digni-  los  niños.  ¡No  tenía  nada!  El  niño  ha
         dad, sea cual sea su condición o situación”.  sobrevivido y hoy le he visto en la cu-
            Pidamos a María Santísima, Madre de la Vi-  na con un año de edad y aunque toda-
         da, que infunda en nosotros un amor concreto y  vía estaba pequeño, era un niño sano
                                                       y guapo. La madre, a su lado, alegre y
         creativo  para  instaurar  la  cultura  de  la  vida,
         acompañando y acogiendo a cada persona. ❏     guapa también, transparentaba la luz
                                                       del Espíritu Santo en su cara.
                       Subcomisión Episcopal para la
                         Familia y Defensa de la Vida  Miguel González Purroy


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