Page 33 - Laverdad_4314
P. 33

pación por los retos que nos concier-  sa de perdonar.  No nos cansemos de  No nos
         nen, frente al desaliento por la pobreza  luchar  contra  la  concupiscencia,  esa  cansemos de
         de nuestros medios, tenemos la tenta-  fragilidad  que  nos  impulsa  hacia  el  orar. No nos
         ción de encerrarnos en el propio egoís-  egoísmo y a toda clase de mal, y que a  cansemos de
         mo individualista y refugiarnos en la in-  lo  largo  de  los  siglos  ha  encontrado  extirpar el
         diferencia ante el sufrimiento de los de-  modos  distintos  para  hundir  al  hom-  mal de
         más. La Cuaresma nos llama a poner  bre en el pecado.                   nuestra vida.
         nuestra  fe  y  nuestra  esperanza  en  el  No nos cansemos de hacer el bien  No nos
         Señor, porque sólo con los ojos fijos en  en la caridad activa hacia el prójimo.  cansemos de
         Cristo  resucitado  podemos  acoger  la  Durante esta Cuaresma practiquemos  hacer el bien
         exhortación del Apóstol: «No nos can-  la limosna, dando con alegría.   en la caridad
         semos de hacer el bien».               La  Cuaresma  nos  recuerda  cada  activa hacia el
            No nos cansemos de orar. Jesús nos  año  que  «el  bien,  como  también  el  prójimo.
         ha  enseñado  que  es  necesario  «orar  amor, la justicia y la solidaridad, no se
         siempre  sin  desanimarse».  Necesita-  alcanzan de una vez para siempre; han
         mos orar porque necesitamos a Dios.  de ser conquistados cada día». Por tan-
         Pensar  que  nos  bastamos  a  nosotros  to, pidamos a Dios la paciente constan-
         mismos es una ilusión peligrosa.    cia del agricultor para no desistir en
            No  nos  cansemos  de  extirpar  el  hacer el bien, un paso tras otro.
         mal de nuestra vida. Que el ayuno cor-  Que la Virgen María, en cuyo seno
         poral que la Iglesia nos pide en Cua-  brotó  el  Salvador  y  que  «conservaba
         resma fortalezca nuestro espíritu para  todas estas cosas y las meditaba en su
         la lucha contra el pecado. No nos can-  corazón» nos obtenga el don de la pa-
         semos  de  pedir  perdón  en  el  sacra-  ciencia  y  permanezca  a  nuestro  lado
         mento de la Penitencia y la Reconcilia-  para que este tiempo de conversión dé
         ción, sabiendo que Dios nunca se can-  frutos de salvación eterna. ❏


                                                                                     LA VERDAD • 33
   28   29   30   31   32   33   34   35   36   37   38