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LA IGLESIA EN LA HISTORIA
















                                          SAN AMBROSIO Y


                         SAN AGUSTÍN, PADRES DE



                         OCCIDENTE (SIGLOS IV-V)


                                                                         ―
                                                             LUIS JAVIER FORTÚN


                    n Occidente también flore-  Luchó denodadamente contra los
                    cieron Padres de la Iglesia,  arrianos  a  lo  largo  dos  décadas  de
                    que  especialmente  en  los  episcopado. Su actuación frente a los
                    siglos  IV  y  V  destacaron  emperadores romanos ha sido mode-
                    por la riqueza de su doctri-  lo para las relaciones entre la Iglesia
                    na y la santidad de sus vi-  y los poderes políticos, al basarse en
           E das.  Pueden  destacarse        la  colaboración,  pero  también  en  la
           cuatro, pero hoy la atención se dirige  denuncia de los pecados de las auto-
           a dos de ellos, que fueron maestro y  ridades. A pesar de los favores recibi-
           discípulo.                        dos del emperador Teodosio, se atre-
              San Ambrosio de Milán (340-397)  vió a prohibirle la entrada en el tem-  San Agustín,
           era hijo de un funcionario imperial y  plo y le obligó a hacer penitencia du-  fresco de
           nació en Tréveris, la principal ciudad  rante ocho meses por haber ordenado  Boticelli en
           romana  en  la  frontera  alemana  del  la matanza de 7.000 personas en la  Florencia.
           Rhin. Se educó en Roma, donde estu-  revuelta  de  Salónica  (390).  Además
           dió derecho, literatura y retórica. Su  de sus escritos y sus himnos, san Am-
           formación le permitió ingresar y as-  brosio fue el maestro en la fe de San
           cender en la administración imperial.  Agustín, a quien convirtió y bautizó.
           Con 32 años fue nombrado goberna-    San  Agustín  (354-430)  nació  en
           dor de Milán (372), que era una de las  Tagaste (en la actual Argelia). Su pa-
           dos  sedes  imperiales  en  Occidente.  dre era un funcionario que no se bau-
           En su condición de gobernador tuvo  tizó hasta en el lecho de muerte. Su
           que hacerse presente en la asamblea  madre, santa Mónica, intentó educar-
           que pretendía elegir obispo de Milán,  lo en la fe cristiana y la virtud, pero
           dividida entre católicos y arrianos. La  inicialmente tuvo poco éxito. Compa-
           exclamación  de  un  niño  (“Ambrosio,  ginó su formación en retórica y filoso-
           obispo”) hizo que, a pesar de su resis-  fía  con  una  vida  disoluta;  vivió  con
           tencia, fuera bautizado, ordenado sa-  una  mujer  sin  casarse  durante  14
           cerdote y consagrado obispo (374).   años y tuvo un hijo. Por espacio de do-


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