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FAMILIA
FAMILIAS
CRISTIANAS,
SAL PARA UN
MUNDO SIN La misión
que Jesús ha
asignado a las
ESPERANZA dad y en las necesidades de la gente familias
cristianas
que nos rodea. El acelerado ritmo de consiste en
― la vida dificulta un buen conocimien- preservar de la
ROBERT KIMBALL to de las personas con las que nos en- corrupción las
contramos a diario. virtudes y
La misión que Jesús ha asignado a valores
las familias cristianas consiste en pre- cristianos y
n un artículo anterior, co- servar de la corrupción las virtudes y dar sabor a
mentamos la invitación valores cristianos y dar sabor a una una sociedad
que Jesús hace a las fami- sociedad sumida en la mediocridad, la sumida en la
lias cristianas para ser la superficialidad y la frivolidad, que a mediocridad,
luz del mundo. En nuestro menudo es incapaz de valorar el desti- la
artículo de hoy, reflexiona- no trascendental al que estamos todos superficialidad
E remos sobre la invitación llamados a disfrutar. Hay muchas per- y la frivolidad.
de Jesucristo para convertirnos tam- sonas en el mundo que viven sin espe-
bién en la sal de la tierra. En Mateo 5, ranza por diversos motivos y que se
13, Jesús nos anima a cumplir esta mi- sienten abandonadas o ignoradas. La
sión con las siguientes palabras: “Vos- soledad y la depresión figuran entre
otros sois la sal de la tierra. Pero si la las enfermedades que más se extien-
sal se vuelve sosa, ¿con qué la sala- den en nuestra sociedad moderna.
rán? No sirve más que para tirarla Las familias cristianas debemos
fuera y que la pise la gente”. “Sálvese demostrar que la práctica de nues-
quien pueda" o “Vivir el momento co- tras virtudes y valores cristianos nos
mo si no existiera otra realidad fuera impulsan a identificarnos e involu-
de este mundo”, son consignas muy crarnos con los problemas y necesi-
extendidas en nuestra sociedad, que dades de la gente de nuestro entor-
está dominada por el individualismo, no. Ser consecuentes con las exigen-
el materialismo y el hedonismo. Con cias de la Doctrina Social de la Igle-
estas y otras consignas, se pretende sia es el primer paso para la realiza-
animar a la gente a vivir el momento ción de nuestra misión social. La me-
presente a tope sin ningún control o jor forma de ser la buena sal es trans-
freno, eliminando cualquier referen- mitir amor y esperanza a nuestro al-
cia a Dios y al alma inmortal. La fuer- rededor, sobre todo a las personas
za del emotivismo y la inmediatez que más vulnerables. Nuestra sociedad
determina el comportamiento de mu- precisa el testimonio comprometido
cha gente, nos impide profundizar en de aquellas familias que se esfuerzan
la compleja realidad de nuestra socie- por ser la sal de la tierra. ❏
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