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LITERATURA









                     CONVENTO DE


                     LOS MÁRTIRES



                       DE GRANADA


                                             ―
                                SANTIAGO ARELLANO



                                                   les y novicios supieran ver en ella la maravi-
                                                   llosa  presencia  del  Creador.  Como  lo  había
                                                   hecho cuando estuvo en El Calvario, sacaba a
                      los pies de la Alhambra, al pie  sus frailes por las estribaciones de Sierra Ne-
                      de  las  estribaciones  de  Sierra  vada, a veces les acompañaba en entretenida
                      Nevada. En el entorno del Albai-  conversación, otras veces les mandaba entrar
                      cín, sobre el monte de los márti-  en la soledad de la naturaleza y mirando la
                      res se alzaba desde los primeros  hermosura alabar a su Creador. Cuentan sus
                      años  70,  estrenada  la  reforma  compañeros que era frecuente encontrarlo en
           A del Carmelo, humilde y acoge-         cualquier rincón asombroso de soledad y be-
           dor el Convento de los Mártires. El contraste  lleza  en  éxtasis.  Después  regresaban  a  sus
           era llamativo, la elegancia y la belleza de los  celdas al cuidado del convento y de su frugal
           palacios hechos para la gloria de los hombres,  alimentación.
           descubría otras bellezas en el humilde con-  De todo este convento hoy no quedan más
           vento que buscaba para sus frailes el encuen-  que recuerdos difuminados. El convento ter-
           tro íntimo con la maravilla del Señor.    mina en la fecha fatídica para la historia reli-
             Terminada la conquista de Granada, llamó  giosa de España. La desamortización de Men-
           la atención la existencia de unas horadacio-  dizabal (1835) exclaustró a los monjes y puso
           nes que se extendían en las proximidades de  en venta sus posesiones. Burgueses y algún
           La Alhambra. Eran tumbas. Las destinadas a  noble compraron edificios y tierras. Sea por-
           cristianos se distinguían por llevar entre sus  que pronto se dieron cuenta de su escasa pro-
           manos pequeñas cruces de plata. La Reina no  ductividad, sea por una idea sutil con resabios
           lo dudó, eras los restos de los mártires cris-  típicos de la masonería, que intervino activa-
           tianos a lo largo del dominio nazarí. En me-  mente en la gestión, se tomó la decisión de
           moria, ordenó que se alzara una capilla en la  transformar el monte de los mártires en un
           que se celebrase misa permanente con cape-  jardín botánico. Parte de los muros conven-
           llán designado y un pequeño espacio que le  tuales  se  convirtieron  en  muros  de  conten-
           sirviese de morada. El carmelo reformado de-  ción de los bancales superiores. Todo lo que
           cidió construir el convento de nueva edifica-  ayude a cultivar la belleza favorece la madu-
           ción sobre la antigua capilla y fue ampliando  rez  de  la  persona.  Exigió  audacia  competir
           su espacio según crecía la comunidad. De su  con la belleza natural y artificial del entorno.
           tiempo de Prior en Granada solo quiero resal-  La belleza es una cualidad diferencial del ser
           tar su afición a la naturaleza y a que sus frai-  humano. Atributo que lo convierte en ser es-


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