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LITERATURA
EL DÍA DE
PENTECOSTÉS
―
SANTIAGO ARELLANO
ecuperada la honra familiar tras el
juicio tenido en Toledo presidido
por el Rey y tras la derrota de Los
Infantes en las tierras de Carrión,
no cabe esperar la gloria de nuevas mos infantes de Navarra y de Aragón dan por
conquistas ni otra dicha que la de concluyente la legitimidad del matrimonio que
R poder vivir unidos como le prome- van a realizar.
tió a doña Jimena cuando se vieron obligados a La afrenta de los infantes de Carrión ha sido
separarse en vida. Solo le quedaba al Cid, casar castigada ejemplarmente. Cuando el Cid emplea
a sus hijas con más honor que su trágico casa- en este fragmento la palabra venganza, nada tie-
miento anterior, nada menos que emparentando ne que ver con las venganzas de los cantares de
con los reyes de Navarra y de Aragón. gesta germánicos. En el Cid la venganza es jus-
Alguien puede sorprenderse de que Doña El- ticia, que como lección universal es el verdade-
vira y Doña Sol no tuvieran que pasar por tribu- ro medio de recuperar la honra perdida. No se
nales eclesiásticos para declarar la nulidad del conforma nuestro narrador, nuestro juglar, con
primer matrimonio. El primer interesado hubie- narrar lo acontecido al Cid, su comportamiento
ra sido Don Rodrigo, tan fino en todo lo referen- lo eleva a lección universal:
te a la Iglesia, lo mismo podemos afirmar de Do-
ña Jimena, no solo mujer piadosa sino estricta en “Envilecidos se quedan los infantes de Carrión.
el cumplimiento de los mandamientos de Dios y Quien a damas escarnece y así abandona a trai-
de la Iglesia. Si no se nombra el hecho en sí es ción,
porque la narración de lo acontecido, reconocen que otro tanto le acontezca o alguna cosa peor.”
los expertos, está guiada y seleccionada por la
mirada de un jurista perito en jurisprudencia Al concluir estas reflexiones sobre la gran-
matrimonial. Aún a un inexperto le parece tan deza de nuestro Cantar de Gesta como primer
brutal la trama y ejecución de la boda como ven- monumento literario de valor indiscutible, he-
ganza que el hecho formal de las bodas no auto- mos de hacer hincapié en la faceta humana del
riza a confirmar la existencia de un matrimonio. héroe de la guerra. Hasta el Rolando del Cantar
Yo creo que además hubo sentencia judicial: la francés tiene que pasar por la mirada de un au-
expresión del texto original cuando el narrador tor español para recuperar valores de su vida
nos precisa que “andidieron en playtos los de afectiva como demuestra el romance de Doña
Navarra y Aragón, ovieron su junta con Alfonso Alda, posible fragmento del cantar de Roncesva-
el de León.” Y después relata el juglar: “Ficieron lles en su gran mayoría perdido. Lo humano en
su casamiento Doña Elvira y Doña Sol” Los mis- el Poema de Mío Cid eleva a nuestro héroe a per-
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