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LITERATURA
ACTUALIDAD
DE LA CELESTINA
―
SANTIAGO ARELLANO
i yo tuviera que recomendar una obra
de máxima actualidad a pesar de ha-
ber sido escrita entre 1499 y 1505, en
los inicios de nuestro primer Renaci-
miento, no dudaría en proponer La Ce-
lestina, la que apareció como La Co-
S media de Calixto y Melibea con 16 ac-
tos y La Tragicomedia de Calixto y Melibea con
cinco actos más -21- para prolongar en el tiempo
los amores de los dos enamorados. intelectual. La llamo vivencial porque el encuen-
Actual es reducir el amor a sexo, el soberano tro provoca una emoción interior, un gozo no com-
deleite como lo denomina Celestina, sin preten- parable, propio del asombro que nos provoca la
siones matrimoniales ni familiares, lo que hoy lla- belleza. Cuando una obra de arte despierta nues-
mamos amor libre. En el prólogo se recoge la cita tras pulsiones más primarias y no propicia nues-
de Fernando de Rojas en que nítidamente deja tro mejor yo, estamos alejándonos del ámbito de
manifiesta su intención: “Compuesta en repre- lo puramente estético, y entramos en otros con-
hensión de los locos enamorados que, vencidos en textos más productivos, más subyugantes, pero
su desordenado apetito, a sus amigas llaman y di- distante de un humanismo al servicio de afrontar
cen ser su dios. Asimismo, hecho en aviso de los o sortear las encrucijadas de lo humano perma-
engaños de las alcahuetas y malos y lisonjeros sir- nente.
vientes.” La Celestina es una tragedia asombrosa ins-
La imagen que tenemos de esta obra es la de pirada en un estilo de vida nuevo, basado en sa-
exponer sin ningún tipo de pudor el complejo tisfacer el interés propio -sea el placer, la riqueza,
mundo de la sexualidad; en gran medida por las o un prestigio social, equiparable a la honra-. Es-
versiones teatrales y cinematográficas. La obra tilo de vida que da pasos de gigante hacia una so-
nació para ser leída y no llevada a la escena y me- ciedad que deja de ser comunidad para convertir-
nos al crudo realismo del cinematógrafo, en algu- la en campo de contiendas.
nas ocasiones muy cerca de la pornografía. Sin duda La Celestina es una tragedia por la
La lectura da pie a múltiples interpretaciones, muerte violenta de todos los protagonistas; pero
como es habitual en todas las obras clásicas, qui- los móviles que la mueven anticipa las contiendas
zás por aquello de que toda obra de arte es ambi- trágicas que caracterizan la Historia moderna y
gua en la medida en que el autor busca la partici- contemporánea, no solo en las guerras.
pación activa del lector. Esta participación viven- No hay personaje que no alegue la importan-
cial propicia que el arte no se reduzca a una tarea cia de su honra; pero la honra ya no es como el ho-
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