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LITURGIA
¿POR QUÉ LES endurecido el corazón de este pueblo" (Is. 6,9-11).
Lo cierto es que la explicación de la parábola
a los discípulos termina con esta expresión: "Di-
HABLAS EN chosos vuestros ojos porque ven y vuestros oídos
porque oyen. Pues os aseguro que muchos profe-
PARÁBOLAS? tas y justos desearon ver lo que vosotros veis y no
lo vieron, y oír lo que vosotros oís, pero no lo oye-
ron" (MT.13,16; Lc.10.20-24).
― La aparente extraña respuesta de Jesús a la
razonable consulta de sus discípulos: "¿Por qué
ALFREDO LÓPEZ VALLEJOS
les hablas en parábolas?", no tiene otro significa-
do, sino hecer entender que las enseñanzas de la
Palabra de Dios, son sólo propuestas, ofertas, no
evidencias, ni exigencias que puedan condicionar
on los propios discípulos quienes le nuestra aceptación. Son enseñanzas suficiente-
proponen al Señor este interrogante mente explícitas como para estimular la adhesión
(Mt.13,10). Jesús empleaba muy a me- de cuantos están predispuestos a creer y al mis-
nudo este lenguaje pedagógico, con mo tiempos suficientemente ambiguas como para
imágenes tomadas de la misma natu- justificar nuestro rechazo.
raleza o de la vida diaria. Acompañaba Así es el estilo de la acción de Dios en nuestra
S se enseñanza con una serie de narra- vida. El anuncio del Evangelio es siempre una
ciones breves y simbólicas, fáciles de comprender oferta de salvación, una adhesión al Reino de
en el contenido moral que pretendía transmitir. Dios, a la fe y al seguimiento de Jesús, que nunca
Basta recordar la de la semilla, la cizaña, el grano nos viene impuesta. Nuestra adhesión o rechazo,
de mostaza, la levadura, el buen pastor, el hijo siempre será fruto de nuestra libertad y de nues-
pródigo, la vid y los sarmientos, la moneda perdi- tra respuesta personal a la gracia recibida. ❏
da, el tesoro escondido, el juez inicuo y tantas
otras que encontramos en los evangelios.
Por eso no resulta extraña la pregunta de los
discípulos, puesto que Jesús mismo era quien en
algunas ocasiones les hacía acompañarle a "un lu-
gar solitario para descansar un poco" (Mc.6,31) y
allí les explicaba con detalle el significado de ca-
da una de las parábolas. "La parábola quiere de-
cir esto: la simiente es la Palabra de Dios, lo que
cayó entre abrojos significa..." (Mt,13,18-23;
Mc.4,14.20; Lc.811,15).
La respuesta de Jesús no deja de resultar pa-
radójica y hasta desconcertante, con resonancias
de profeta Isaías. "A vosotros se os ha dado a co-
nocer los misterios del Reino de Dios, y a los de-
más sólo en parábolas para que viendo no vean y
oyendo no entiendan" (Mt.13,11-15; Mc. 4,13-20;
Lc.8,10). ¿Qué puede significar semejante afirma-
ción en boca de Jesús?: "Oír oiréis pero no enten-
deréis, mirar miraréis pero no veréis, porque se ha
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