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FAMILIA
ENSUCIARSE LAS
MANOS EN LOS
TEMAS DE HOY plaga". El Santo Padre nos invita a hacernos la
siguiente pregunta: “¿qué hago yo en el mun-
do, ante Dios presente en los pobres que están
― a mi lado?” Yo añadiría otra pregunta: ¿Nos
sentimos interpelados a actuar ante el sufri-
ROBERT KIMBALL
miento que observamos a nuestro alrededor o
miramos al otro lado, esperando que otras per-
sonas lo hagan en nuestro lugar? Nos recuerda
el Papa que comprometernos en la acción so-
urante un ciclo de catequesis cial es una forma eficaz de evangelizar: "Tam-
sobre el celo apostólico o el ar- bién esto es celo apostólico, es anuncio del
dor interior para evangelizar, el Evangelio, es bienaventuranza cristiana: bien-
Papa Francisco ha hecho hinca- aventurados los pacificadores".
pié en la necesidad de que los Por nuestra parte, las familias observamos
cristianos se comprometan con con gran frustración como los intereses politi-
D los débiles y los que sufren: cos y económicos determinan los destinos del
"Muchos hablan mal, muchos critican y dicen mundo y tenemos prácticamente ninguna voz ni
que todo va mal", pero luego, al final, pocos de voto en las decisiones importantes que inciden
éstos se comprometen en las "grandes cuestio- directamente en nuestro bienestar. A menudo,
nes sociales, económicas y políticas de hoy". El los agentes políticos están más pendientes de
cristiano está llamado en cambio a "ensuciarse las encuestas electoralistas y preocupados por
las manos", por lo tanto a rezar, en primer lu- no ceder ningún voto a la oposición, que de ali-
gar, luego a "promover el bien, a construir la viar las serias dificultades que afrontan las fa-
paz y la justicia en la verdad. Involúcrate y no milias con la subida imparable de los precios y
pierdas el tiempo en la cháchara que es una la gran precariedad laboral. Además, los políti-
cos se enzarzan en absurdas y totalmente inúti-
les luchas retóricas que solo sirven para au-
mentar la desconfianza de la ciudadanía res-
pecto a la clase política. Muchas de las acciones
supuestamente sociales que emprenden los
agentes políticos poco o nada contribuyen a la
solución de la difícil situación que muchas fami-
lias atraviesan en su vida diaria.
Las familias podemos aportar los tres rasgos
que constituyen nuestra identidad familiar que
son el amor, la solidaridad y la reconciliación.
Las familias hemos de “ensuciarnos las manos”
para afrontar las graves crisis sociales que azo-
tan el mundo, buscando soluciones eficaces,
con el fin de forjar un futuro más prometedor
para las futuras generaciones. ❏
LA VERDAD • 39