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A FONDO









                  Semana de                                       esde aquellas palabras de Jesús,
                                                                  recogidas en el Evangelio de San
                                                                  Juan e integradas en la llamada
                 oración por                                      «oración  sacerdotal»,  nunca  en
                                                                  la  Iglesia  se  ha  dejado  de  orar
                                                                  por la unidad. El texto evangéli-
              la unidad de                            Dco  dice:  «Padre,  te  ruego  por
                                                      ellos, para que sean uno, como tú y yo somos
                                                      uno, para que el mundo crea» (Jn 17, 21). To-
            los cristianos                            das las liturgias antiguas, tanto orientales co-
                                                      mo occidentales, poseen bellas oraciones que
                                                      repiten, a su manera, aquella oración del Se-
                                                ―     ñor Jesús poco antes de padecer.
                                                         Cuando  las  polémicas  y  enfrentamientos
                                ALFREDO LÓPEZ VALLEJOS
                                                      se consumaron y dividieron el cristianismo en
                                                      Iglesias enfrentadas, la urgencia por la vuelta
           Como recuerdan los obispos de              a la unidad visible se hizo un grito —desgra-
                   la Comisión Episcopal de           ciadamente no un clamor— y aquella oración
                                                      de Getsemaní se convirtió en una necesidad
             Relaciones Interconfesionales            sentida por los mejores espíritus de cada una
              en su mensaje, la Semana de             de las comunidades separadas. Existe una lar-
                oración por la unidad de los          ga tradición en las Iglesias cristianas de orar
                                                      por la unidad. Los textos litúrgicos de las co-
            cristianos “es ocasión propicia           munidades católicas, ortodoxas, anglicanas y
             para que conozcamos mejor el             protestantes poseen hermosas plegarias para
                                                      pedir al Espíritu preservar o devolver —según
               diálogo de la Iglesia católica
                                                      los casos— la unidad de la Iglesia. Pero ade-
            con las Iglesias y Comunidades            más de las expresiones litúrgicas oficiales por
             eclesiales sobre la doctrina de          la unidad, apareció muy pronto entre los cris-
                                                      tianos divididos una orientación marcadamen-
           la fe, llevado adelante con gran           te ecuménica que ponía todo el énfasis en la
                      esfuerzo y dedicación”.         plegaria por la unidad de las Iglesias divididas
                                                      —en plural— que, sin menoscabo de la tarea
                                                      doctrinal, se dio cuenta de que el camino real
                                                      hacia la plenitud de la unidad pasaba por la
                                                      convergencia y concordia de corazones en la
                                                      plegaria común compartida por todos.
                                                         Si  las  Iglesias  han  tenido  bien  definidas
                                                      siempre sus fronteras por ortodoxias y por re-
                                                      glamentaciones  jurídicas,  los  pioneros  del
                                                      ecumenismo  encontraron  muy  pronto  legíti-
                                                      mos  caminos  para  trascender  barreras  que
                                                      parecían  infranqueables.  La  plegaria  común
                                                      aparece  así  como  el  pasaporte  válido  para
                                                      sentir la unidad al menos en una tensión dia-
                                                      léctica:  la  oración  compartida  permite


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