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LITERATURA









                           LA FUERZA


                        PERSUASIVA


                               DE LA FE


                                            ―
                               SANTIAGO ARELLANO





                                                  mundo mejor, absolutamente en todo, lo mis-
                                                  mo al hacer bien la cama, una tortilla, curar
                     ien merece este poema directo  a un enfermo o gobernar el mundo. No exis-
                     y discreto, como el estilo de Mi-  ten excepciones. Conocer la creación, respe-
                     guel  D’Ors,  nuestra  lectura  tar su naturaleza, para que el dominio pon-
                     atenta. Sin la Fe no es fácil ex-  ga en evidencia la maravilla de un Dios que
                     plicar nuestra cultura occiden-  por amor lo ha creado todo de la nada para
                     tal,  la  que  se  ha  denominado  gloria de su Hijo. A nosotros nos la dio como
          B Occidens y que durante tantos         morada y nos nombró  sus administradores.
          siglos configuró la Cristiandad. La fe es más  Ésta es nuestra fe.
          que un acto de confianza, no es un lanzarse al  El bautismo aun nos ha ennoblecido más:
          vacío a la desesperada. La fe parte de la cer-  somos hijos de Dios y herederos del cielo y
          teza de Dios como existencia evidente que no  nos ha otorgado el triple don de Cristo: somos
          nos puede engañar. La fe no es un quedarse  sacerdotes uniéndonos en el altar mediante el
          alelado y atónito mirando solo al cielo; la fe es  ofrecimiento de obras. Bien sabéis que todo
          una nueva luz proyectada sobre toda la crea-  ha de convertirse en oración, también el “la-
          ción, desvelando en su plenitud la verdad, be-  boro”. Pero Dios ha querido hacernos profe-
          lleza y bien que poseen todas las cosas.   tas y reyes. Los seglares somos profetas co-
             La Fe nos obliga moralmente a un com-  nociendo a fondo todo lo que se nos ha enco-
          promiso que exige tomarse muy en serio el  mendado, en el marco de la Revelación. No
          mandato de Dios de “Dominar la tierra”, co-  podemos conformarnos con ir pasando, ni en
          mún a todos los seres humanos; y a tener muy  el estudio ni en la vida, ¿Cómo podremos ha-
          en cuenta la fractura del pecado inicial y la  cer bien nada si no la conocemos? Somos re-
          necesidad de un Redentor, para poder cum-  yes para hacer en todo la voluntad de Dios, es
          plir con el mandato primero. La fe está unida  decir, dar a cada cosa lo suyo. ¿Pero cómo po-
          indisolublemente a la creación de una civili-  dremos darlo si lo desconocemos? La fe es fe-
          zación universal manifestada en las culturas  cundidad y fermento de civilización en cuan-
          más diversas.                           to cobijo y morada ordenada del hombre y de
             No  parece  justo  afirmar,  por  ejemplo,  la mujer. La fe se manifiesta en la esperanza
          que solo hemos de reconocer como cultura  y en la caridad.
          la que surge de una visión agnóstica o atea  Pero la fe se afirma, aun en tiempos bo-
          de la vida. El cristiano aspira a construir un  nancibles, en ver la luz a ciegas, en medio de


          34 • LA VERDAD
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