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LA FUERZA PERSUASIVA DE LA FE
                                                     De Miguel D’ors

                                                     Cómo no creer en Ti viendo al Mar Rojo abrirse,
                                                     y luego aquellas fauces que se cierran inmensas
                                                     devorando caballos, carros y caballeros.
                                                     Quién iba a resistirse. O cuando sobre el monte
                                                     llueve, con una escolta de truenos y relámpagos,
                                                     la palabra del Cielo. Y qué imposible
                                                     no caer de rodillas viendo a Jesús andando
                                                     sobre el agua, a los ciegos estrenando la luz,
                                                     a los leprosos con su lifting sonrosado,
                                                     a  los mudos cantando gloria a Dios,
                                                     a Lázaro saliendo por su pie de la muerte,
                                                     y no digamos nada si un cadáver
        la noche oscura. Preguntádselo a Santa Teresita  a los tres días vuelve a hablar con uno
        del Niño Jesús o a la Madre Teresa de Calcuta.  y le pide que meta el dedo en sus heridas.
        Nunca ha sido fácil creer ni aún en medio de sig-  Qué fácil. Lo difícil, la verdadera Fe
        nos tan visibles y constatables como los que enu-  esto de escucharte cuando callas,
        mera el poeta. Siempre existe la opción de hacer  seguir creyendo en Ti
        visible y tangible la divinidad construyendo bece-  cuando te has puesto este disfraz de Nada
        rros de oro, naturalmente -argüirán- que para ha-  y, escondido detrás del escenario,
        cer más visible la soberanía de Yavé. La apostasía  como si no pudieras cualquier cosa
        de nuestros tiempos algo tiene en común con el  permites (sonriéndote, seguro) que los hombres
        becerro de oro. La fianza de la fe es la confianza  vayamos manejando de esta manera absurda
        contra toda argucia y contra la insidiosa y enga-  la vida, el mundo, el siglo XXI.
        ñosa evidencia. Por eso el poeta pondera y alien-
        ta la fe de nuestros días.
           Se nos exige la reciedumbre de la fe de Abra-  cada una de nuestras casas. Está claro: Creemos;
        ham y los antiguos Patriarcas. No es que no nos  pero aumenta mi fe. “Oh noche que guiaste, Oh
        ayuden los hechos milagrosos de Cristo. Sus pa-  noche amable más que la alborada”.
        labras nos siguen diciendo de tantas maneras que  Agradezco a Miguel D’Ors la manifestación,
        Jesús es el Mesías, el Señor, que aunque todo se  valiente, de su Fe; su confesión heroica. La fuerza
        cubriera de bruma y oscuridad, nuestro espíritu  y emoción del poema surgen del esplendor de la
        no se engañaría. El oído seguiría escuchando sus  verdad ahormada en una forma coloquial, pero
        palabras y nuestro corazón sintiendo el fuego de  tensionada en sus contraposiciones como el con-
        su amor. Pero tenemos que superar una prueba  tenido:
        de reciedumbre en la Fe. El poeta pone algunos
        ejemplos; enumera aquellas situaciones que po-  Lo difícil, la verdadera Fe
        nen en nuestra boca expresiones de desconcierto,  esto de escucharte cuando callas,
        si no de duda. Oír cuando calla, verle cuando apa-  seguir creyendo en Ti
        rece con un disfraz de “nada” y,  -concede el poe-  cuando te has puesto este disfraz de Nada
        ta-, aunque está “escondido”, parecer ajeno a lo  y, escondido detrás del escenario,
        que está ocurriendo sobre el gran escenario de la  como si no pudieras cualquier cosa
        vida, como si ya no pudiera nada El Omnipotente,  permites (sonriéndote, seguro) que los hombres
        como si su Providencia fuera indiferente al modo  vayamos manejando de esta manera absurda
        absurdo con que se está gobernando el mundo y  la vida, el mundo, el siglo XXI. ❏


                                                                                    LA VERDAD • 35
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